Francia: nuestros abuelos se perderán frente al televisor con esta medida solicitada por ARCOM

Francia: nuestros abuelos se perderán frente al televisor con esta medida solicitada por ARCOM
Francia: nuestros abuelos se perderán frente al televisor con esta medida solicitada por ARCOM
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Si bien ARCOM está considerando una nueva numeración de la TDT, este proyecto suscita preocupaciones, en particular entre las personas mayores, muy apegadas al orden actual de los canales. Para estos espectadores, cualquier cambio en sus hábitos podría resultar desestabilizador, por lo que un apoyo específico es esencial para facilitar la transición.

Los problemas que rodean la renumeración de la TDT: ¿una reforma necesaria?

ARCOM discutió recientemente una revisión completa del orden de los canales de TDT, incluidas las discusiones posteriores a la eliminación de los canales C8 y NRJ12. Esta reflexión se inscribe en un enfoque destinado a redefinir la oferta audiovisual gratuita en Francia y modernizarla.

La numeración de canales, hasta ahora congelada desde hace años, podría rediseñarse para reflejar mejor las preferencias de los espectadores y la diversidad de canales. De hecho, una nueva numeración podría mejorar la visibilidad de los canales públicos y educativos, o incluso promover la promoción de canales especializados en contenidos culturales o locales.

Para los organismos de radiodifusión, la cuestión del lugar en la numeración es fundamental, porque influye directamente en la audiencia y, por tanto, en los ingresos publicitarios. Los números del primer canal se consideran más accesibles y probablemente atraerán a una audiencia más amplia.

Modificando esta numeración, ARCOM podría redistribuir las tarjetas entre los principales actores audiovisuales franceses y reactivar la competencia. Esto también podría constituir un paso hacia la modernización de la TDT, frente a las plataformas de streaming que atraen cada vez a más espectadores.

Esta posible reforma de la numeración plantea interrogantes sobre los hábitos de los espectadores, en particular las poblaciones más vulnerables al cambio tecnológico, como las personas mayores o quienes no tienen un televisor conectado. Para este segmento de la población, que sigue apegado a los canales tradicionales de radiodifusión, un cambio en el orden de los canales podría ser motivo de confusión. Esto también podría requerir campañas de información y apoyo para minimizar los impactos negativos.

Además, en un contexto donde el consumo de contenidos se está diversificando con el auge del streaming, repensar la TDT podría ser una estrategia para fidelizar a una audiencia que, sin ella, podría desplazarse hacia otros medios de consumo audiovisual.

Este reposicionamiento permitiría a TNT seguir desempeñando un papel crucial en la sociedad, en particular garantizando el libre acceso a la información y a los contenidos culturales. Sin embargo, será necesario conciliar los intereses de los distintos actores audiovisuales con los del público, en un delicado equilibrio entre innovación y accesibilidad.

Un público especialmente preocupado: las personas mayores y los hogares de bajos ingresos

Los espectadores que dependen en gran medida de la TDT para entretenimiento e información constituyen una parte importante de la población, en particular las personas mayores y las de hogares de bajos ingresos.

Para estos grupos, la televisión lineal representa a menudo el principal vector de información y entretenimiento. A diferencia de las generaciones más jóvenes, que consumen más contenidos a través de plataformas de streaming o en Internet, estas poblaciones siguen apegadas al consumo televisivo tradicional.

Este vínculo se ve reforzado por hábitos arraigados, para los cuales el orden actual de los canales constituye una referencia visual y conmemorativa.

Una nueva numeración podría percibirse como un trastorno e incluso provocar algún tipo de frustración o confusión, especialmente para las personas mayores. De hecho, los estudios muestran que los cambios en el orden y disposición de los canales pueden complicar la experiencia del usuario, debido a la dependencia de algunas personas de números específicos para acceder directamente a sus canales favoritos.

Además, muchos no están acostumbrados a utilizar guías electrónicas de programas (EPG) y suelen navegar de forma instintiva utilizando el zapette.

La brecha digital, un agravante

En Francia, algunos hogares no tienen acceso a las nuevas tecnologías o no dominan sus códigos. La brecha digital afecta principalmente a las personas mayores y a los hogares de bajos ingresos. En este contexto, la TDT sigue siendo la solución audiovisual más accesible y económica, ofreciendo acceso sin suscripción adicional a una treintena de canales.

Esta renumeración, si va acompañada de modificaciones importantes (como la incorporación de nuevos canales o el reposicionamiento de canales históricos), podría exacerbar esta brecha digital al crear un obstáculo para quienes están menos familiarizados con la tecnología.

Retos para emisoras y canales

Los canales de TDT, conscientes de la fidelidad de su audiencia tradicional, tendrán que redoblar esfuerzos para mantener su visibilidad y atractivo. Una renumeración que coloque a ciertos canales más abajo en la lista podría afectar a sus audiencias y tener un impacto económico significativo, particularmente para los canales financiados con publicidad.

También plantearía un desafío para las emisoras, que tendrán que adaptar su comunicación y tal vez aumentar sus esfuerzos de marketing para guiar a las audiencias hacia sus nuevos temas.

Apoyo y comunicación: herramientas para limitar los impactos

Si se implementa la renumeración, las campañas de información serían esenciales para minimizar las interrupciones. Materiales educativos sencillos, explicaciones por televisión y quizás incluso intervenciones sobre el terreno (en residencias de ancianos o en casa) podrían ayudar a los más desfavorecidos ante estos cambios. Estos esfuerzos de sensibilización y apoyo serían cruciales para evitar una interrupción en el acceso a la información y al entretenimiento de estas audiencias fieles a la TDT.

Por lo tanto, este potencial trastorno de la TDT no afecta sólo a las cadenas y a los anunciantes, sino a toda una parte de la población para la que la televisión sigue siendo un medio esencial. La transición a un nuevo orden de canales debe realizarse con tacto para evitar ampliar aún más la brecha digital y garantizar el acceso a la información para todos, especialmente los más vulnerables.

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