Desde el anuncio de la eliminación de su “autorización para transmitir”el pasado mes de julio, el canal C8 del truculento Cyril Hanouna y su propietario, el grupo Canal+, se mostraron bastante discretos. No nos atrevemos a imaginar el concierto de lágrimas y la movilización de estrellas para el cierre de un canal público como France 4 o France 5. Sin embargo, en octubre, C8 ocupó el sexto lugar entre las cadenas francesas en todas las categorías con una cuota media de audiencia del 3,5%. para mayores de 4 años, según Médiamétrie, justo detrás de un canal público: ¡France 5! Cambio de marcha. Esta mañana, 12 de noviembre, Pascal Praud, presentador de tiempo profesional en el canal hermano CNews, desenterró el hacha para movilizar al público en general. “Sus nombres son Vincent, Damien, Isabelle, William y Cyrille obviamente hicieron del C8 el primer canal TNT. Son 400, entre empleados, trabajadores del espectáculo y proveedores de servicios. 400 que mañana pueden quedar desempleados porque los nueve integrantes de Arcom han decidido no renovar la autorización para transmitir en C8”. Amenaza de pantalla negra, desprecio público, desprecio de clase, sanción desproporcionada, el presentador evoca naturalmente “un atisbo de una decisión política que pesa” señalando que todos los medios del grupo Bolloré son atacados: CNews, JDNews, JDDC8, Europa 1 y C8.
El presentador politiza aún más un tema que ha seguido estando politizado y pide a la gente que firme la petición de apoyo publicada en línea (enlace aquí) en el sitio mesopinions.com. Este 12 de noviembre, al final de la tarde, este llamamiento “Defendamos el primer canal TNT y salvemos el empleo” contó con más de 416.000 firmas. Por su parte, la petición utiliza deliberadamente argumentos más económicos que ideológicos o políticos. “Hay mucho en juego: preservar una empresa y un modelo de creación audiovisual que inspire y entretenga a una gran audiencia, al tiempo que apoya a una multitud de profesiones que dan vida a este sector”indica el texto.
Echéance próximamente
Tras la contraofensiva jurídica, marcada por la incautación del Consejo de Estado el pasado mes de septiembre, la sociedad matriz Canal+ (propiedad del grupo Bolloré) está ahora suspendida tras el recurso interpuesto por el C8 ante la máxima autoridad judicial administrativa. La fecha límite es inminente. Contactado por BV, el Consejo de Estado precisa que la audiencia del C8 tendrá lugar este viernes 15 de noviembre a las 14 horas. La decisión final se tomará “en unas pocas semanas”.
El caso del C8 es, ante todo, emblemático para los espectadores franceses. Descubren que una autoridad pagada por ellos con un presupuesto de 46,6 millones de euros para 355 agentes tiene poder de vida o muerte sobre un medio de comunicación privado, financiado con publicidad y, por tanto, fuera de la competencia del Estado. Arcom tiene poder regulatorio, una misión necesaria: le corresponde imponer reglas y sancionar los excesos, lo que ha hecho muchas veces y duramente contra el C8. Pero Arcom ni sus antecesores el CSA o la Alta Autoridad Audiovisual han obtenido hasta ahora la extinción del derecho de retransmisión para un canal, cualesquiera que sean sus fechorías. Sólo una decisión había ido en este sentido: el cierre del canal Número 23: esta decisión fue revocada por el Consejo de Estado a finales de marzo de 2016. Número 23, que se convirtió en RMC Story, continuó así su carrera.
Connotaciones traumáticas
Aunque el C8 no se parece mucho al Número 23, que escondió un jugoso colapso financiero detrás de sus objetivos de promover la “diversidad”, el grupo Bolloré evidentemente tiene en mente este ejemplo. ¿Salvará el Consejo de Estado al C8? Sería una divina sorpresa para el grupo Bolloré. Un grupo que se lanzó a la televisión obteniendo de la CSA el derecho de explotación de Direct 8, que pasó a ser C8. Aquí es donde Vincent Bolloré sufrió el elenco del principiante que era en el mundo de la televisión. Allí se inició su hijo Yannick. Finalmente, es gracias a Direct 8 que Bolloré entrará en el capital del grupo Canal+ y tomará finalmente el control de la empresa matriz Vivendi. La extinción de C8 a finales de febrero tuvo tintes traumáticos para el grupo.
Los espectadores descubren en ocasiones esta forma tan francesa de abordar la libertad de expresión. Mientras Estados Unidos deja a Fox News absoluta libertad editorial, el país de los derechos humanos impone a los medios audiovisuales (TV y radio) y cada vez más a los medios digitales una camisa de fuerza regulatoria y controles meticulosos muy estrictos. Bajo amenaza de extinción absoluta. ¿Cómo evitar que muchos franceses vean, como Pascal Praud, una decisión política contra un canal cuyo tono general se opone al poder vigente? Una perspectiva insoportable cuando las cadenas públicas, financiadas a la fuerza por los contribuyentes franceses, hacen gala descaradamente de un anclaje muy izquierdista, por lo que nunca son criticados.
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