Altice (SFR) mantendrá el control de RMC Sport

Altice (SFR) mantendrá el control de RMC Sport
Descriptive text here
-

RMC deporteAltice ha decidido vender sus canales RMC y BFM a CMA CGM, pero un canal no forma parte del acuerdo, RMC Sport. Esto último sería muy importante para la otra filial del grupo, SFR.

En la venta de los canales RMC y BFM al armador Rodolphe Saadé, faltará el canal RMC Sport. El grupo de Patrick Drahi la mantendrá bajo control ya que sería una ventaja para SFR.

Una pérdida que podría provocar una alta tasa de abandono

Este canal lanzado en 2016 con el nombre de SFR Sport serviría como “cebo comercial” o como motivo para permanecer en la plaza roja del operador, según Le Monde. El canal cuenta con un total de un millón de clientes, una gran parte de los cuales proceden de SFR, el canal es directamente accesible desde el terminal y además es más económico para los clientes del operador.

El canal está incluido en determinadas suscripciones y un posible cierre por parte del nuevo comprador podría terminar siendo desastroso para SFR, que ya no controlaría la programación.

Sobre todo porque si el canal desapareciera, algunos clientes se verían liberados de su compromiso con SFR y la tasa de baja podría aumentar. SFR se encuentra en una posición delicada porque ya está perdiendo clientes y no puede permitirse el lujo de perder más.

El grupo Altice seguirá gestionando los derechos deportivos del canal, pero toda la producción visual irá a CMA CGM, que luego revenderá el servicio a SFR. El operador también pagará dinero por utilizar la marca RMC a su nuevo propietario.

El canal, que nunca fue rentable, lo sería a partir del año que viene, pero a costa de perder los derechos de retransmisión de la Liga de Campeones, para ver si los abonados se mantienen a pesar de la orientación del canal hacia el fútbol.

-

PREV Público: El final de “Face à face” de France 3 supera por poco a “Koh Lanta” de TF1
NEXT “Ella lanzó hechizos”, una candidata de reality show hace locas revelaciones sobre Natasha St-Pier y la “brujería”