Es una piedra grande y maciza, decorada con dos corazones de metal. En una placa se puede leer “en memoria de Thomas y en apoyo de todos los heridos en el baile. Crépol, 18 y 19 de noviembre de 2023”. Esta estela conmemorativa fue inaugurada este domingo 17 de noviembre en Crépol, casi un año después del asesinato de Thomas Perotto. Casi 150 personas asistieron a su inauguraciónen total intimidad, como deseaba la asociación de víctimas del baile de Crépol, que financió esta estela. De hecho, los medios de comunicación casi no estuvieron presentes, un alivio para los habitantes del pueblo tras la tormenta mediática que tuvieron que soportar. Un año después de la tragedia, los rostros siguen serios, los ojos a veces húmedos y las lenguas cada vez más sueltas. Algunas personas presentes en el baile apenas empiezan a expresar con palabras lo que vivieron.
“Una estela muy sencilla, como Tomás”
Residentes de Crépol y de más allá, jóvenes del club de rugby Thomas, amigos, familiares… los presentes en este homenaje parecen unidos. Este era el deseo de Emmanuelle, presidenta de la asociación de víctimas del baile de Crépol. “Es importante, estamos unidos en esta lucha. Los corazones de la estela representan amor, vínculo, fuerza, unión. La piedra representa la naturaleza, la eternidad. Necesitábamos un lugar donde reunirnos, mucha gente ya no va al ayuntamiento. Este lugar es bonito, fuera de la vista.” Se repartió un pequeño trozo de piedra a quienes lo deseaban y se pusieron a la venta corazones de metal a beneficio de la asociación. Danielle, la abuela de Thomas, compró uno. “California Me hizo bien la misa, los discursos, esta bonita y sencilla estela con la imagen de Tomás. Desde que me jubilé, yo era quien iba a recogerlo al deporte y al colegio, le tenía mucho cariño”. ella confía.
Vidas al revés
Tras el homenaje, los presentes pudieron charlar alrededor de una copa. Algunos reviven la película de esta trágica velada, otros evocan la investigación en curso. Para todos, La vida ya no es la misma que hace un año.. “Sigue siendo un trauma” susurra una joven de 24 años presente esa noche. Quiere permanecer en el anonimato. “Es la juventud, la edad en la que salimos. Es difícil. Ahora saldremos de nuevo, pero no de la misma manera, preferiremos encontrarnos en casa de alguien que ir a una discoteca”explica. “Tengo miedo de la noche, de los ruidos y de los bomberos”enumera Martine. Ella no estuvo presente en el baile de Crépol, pero como por rebote, el trauma de esa velada acabó afectando a todos los habitantes del pueblo. “Hoy debemos avanzar, reconstruir juntos“, concluye Emmanuelle.
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