Olaf Scholz pierde la confianza de los diputados
El 16 de diciembre de 2024, la Canciller alemana presentó el voto de confianza al Bundestag, la cámara baja del Parlamento, permitiendo al Presidente Federal disolver el Bundestag tan pronto como los diputados le retiraran su confianza. Con sólo 207 votos de 717, Olaf Scholz perdió esta votación, lejos de los 367 necesarios para alcanzar la mayoría. Este resultado marca el fracaso de la coalición que lidera desde 2021, formada por su Partido Socialdemócrata (SPD), los Verdes y el Partido Liberal Democrático (FDP). En consecuencia, las elecciones legislativas tendrán lugar el 23 de febrero, siete meses antes de la fecha inicialmente prevista.
Desde el 6 de noviembre, la canciller encabeza un gobierno minoritario entre los Verdes y el Partido Socialdemócrata (SPD) tras la destitución del ministro liberal de Finanzas, Christian Lindner, que provocó la salida del gobierno de los ministros liberales. Esta ruptura se produce tras meses de tensiones y desacuerdos sobre la política económica que debe seguir Alemania. Mientras los socialdemócratas favorecen las políticas sociales, los Verdes aspiran a medidas climáticas ambiciosas y los liberales defienden una estricta disciplina presupuestaria.
Olaf Scholz muestra confianza ante el favorito Friedrich Merz
A pesar de su impopularidad, Olaf Scholz, apoyado por su partido para presentarse a un nuevo mandato, sigue siendo optimista sobre sus posibilidades de victoria. Sin embargo, las encuestas no le favorecen, con sólo el 15% de la intención de voto, es decir, más de 16 puntos de diferencia con el Partido Demócrata Cristiano (CDU-CSU), que está a la cabeza. Sin embargo, no todo está perdido para él. Durante las últimas elecciones legislativas, pasó del 14% al 25,7% de la intención de voto en tres meses, lo que le permitió ganar la cancillería. Durante el congreso del Partido Socialdemócrata celebrado en Berlín el 11 de enero, expresó su optimismo sobre la victoria en estas elecciones.
En el otro lado del espectro político, el candidato de los conservadores democristianos (CDU-CSU), Friedrich Merz, es el favorito para convertirse en el próximo canciller. De hecho, lidera las encuestas y está muy por delante de su rival, con un 31% de la intención de voto. Se presenta como la mejor opción para que Alemania supere sus dificultades económicas, con propuestas destinadas a reformar el sistema de bienestar, atraer inversión extranjera y facilitar los flujos de capital a las empresas alemanas.
El ascenso de la extrema derecha
Como en otros países europeos, Alemania se enfrenta al ascenso de la extrema derecha. Alternativa para Alemania (AfD) obtuvo el 20% de la intención de voto en los sondeos, lo que supone un aumento de un punto respecto al sondeo de mediados de diciembre. Se trata del valor más alto del barómetro político en un año. El partido ya había registrado resultados históricos en las elecciones regionales, particularmente importantes en Alemania: ocupó el primer lugar en Turingia y superó el 30% en Sajonia. Además, la candidata a canciller Alice Weidel cuenta con el apoyo de Elon Musk, quien llamó a votar por AfD durante un intercambio con ella en la red social X el 9 de enero. Sin embargo, el partido sigue aislado en el panorama político alemán. Hasta ahora, ningún otro partido ha querido aliarse con este movimiento de extrema derecha.
Varias posibilidades de coalición
Dado que es raro que un partido obtenga por sí solo la mayoría absoluta durante las elecciones legislativas, después de las elecciones es necesario formar una coalición entre dos o tres grupos de diputados para reunir una mayoría que permita elegir un gobierno y un canciller. Se podría formar una coalición entre el Partido Demócrata Cristiano (CDU-CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD), como ocurrió bajo el gobierno de Angela Merkel, entre 2005 y 2009, así como entre 2013 y 2021. Los demócratas cristianos podrían También se aliarán con los Verdes, que actualmente tienen el 14% de las intenciones de voto.
Independientemente del resultado, estas elecciones ponen de relieve importantes preocupaciones como las cuestiones presupuestarias y sociales, la gestión de la inmigración y el posicionamiento de Alemania frente a la guerra en Ucrania. El desafío central de estas elecciones será formar una coalición estable y duradera, frente al importante resultado esperado para el partido de extrema derecha. Además, la experiencia de la coalición tripartita reveló las dificultades asociadas con la gobernanza tripartita, mientras que las coaliciones anteriores entre demócratas cristianos y socialdemócratas dejaron resultados mixtos. El gobierno actual seguirá en funciones hasta que se forme una nueva coalición.