El líder estadounidense ya ha dicho que quiere que los países de la OTAN aumenten su presupuesto de defensa hasta el 5% del PIB, repitiendo repetidamente que sus miembros no pagan lo suficiente por la protección proporcionada por Estados Unidos.
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En este equilibrio de poder incierto, varios jefes de Estado europeos, entre ellos el francés Emmanuel Macron, piden un refuerzo de la seguridad a nivel de la UE, sin lograr convencer a estas alturas a todas las cancillerías de este proyecto.
Por su parte, Alemania es el segundo mayor proveedor de ayuda militar a Ucrania, detrás de Estados Unidos, pero el alcance y la naturaleza de este apoyo son objeto de muchas evasivas.
El gobierno de Olaf Scholz ha parecido dividido en los últimos días sobre la nueva ayuda militar a Kiev por valor de 3.000 millones de euros, pocas semanas antes de las cruciales elecciones legislativas en Alemania.
Boris Pistorius llegó a Kiev el martes por la mañana para mantener conversaciones bilaterales “sobre la cooperación y el apoyo continuos” y “la industria de defensa ucraniana”, indicó a la AFP un portavoz del ministerio.
El lunes, el ministro alemán participó en Polonia con sus homólogos polacos, franceses, italianos y británicos en una reunión sobre el suministro de armas a Kiev.
Los cinco países dijeron que querían fomentar las capacidades de producción en suelo ucraniano y confiar en una colaboración más estrecha entre los fabricantes de armas ucranianos y europeos.
