Patrik Laine, recién llegado a los Montreal Canadiens, quería comenzar un nuevo capítulo en su carrera y en su vida personal viniendo a instalarse en una ciudad donde el hockey es una religión.
Pero ahora se encuentra víctima de una implacable campaña de desprestigio, orquestada por ciertos medios y personalidades que parecen haberlo convertido en su chivo expiatorio favorito.
Después de los ataques gratuitos y ofensivos de Danick Martineau a su apariencia física, ahora es el turno de Alain Crête de echar más leña al fuego. Y ello, con comentarios que, dicho sin rodeos, no tienen sentido.
En su reciente aparición pública, Crête afirma sin rodeos que Patrik Laine no tiene futuro a largo plazo con el canadiense.
Incluso llega a decir que su presencia en el equipo es una “medida temporal”.
Al escuchar sus comentarios inconexos, uno podría creer que Laine es un mercenario lanzado en paracaídas a la alineación por casualidad, sin valor ni utilidad para el equipo.
“Te lo diré honestamente, no creo que haya un futuro a muy largo plazo con el canadiense, no durante todo el año. Creo que es una medida temporal”.dijo, como si tuviera las llaves del destino de Laine.
Básicamente, insinúa que el revuelo en torno a Laine este verano fue solo un destello de la sartén, mientras que su llegada al equipo fue vista como una solución milagrosa para el juego de poder del canadiense.
Recordemos que Patrik Laine lleva apenas una semana en Montreal.
Una semana. Siete días. ¿Cómo se puede juzgar a un jugador, especialmente a un goleador de élite como Laine, en un período de tiempo tan corto?
Crête parece olvidar que Laine, a pesar de sus altibajos en Columbus, todavía tiene potencial para ser un goleador de 40 o 50 goles, como ya lo demostró en el pasado.
Pero en lugar de darle tiempo para adaptarse, encontrar su lugar y generar química con sus nuevos compañeros, ya lo están etiquetando como un fracaso.
Una actitud típica de ciertos medios de Montreal que, en lugar de apoyar a un jugador en sus inicios, prefieren derribarlo.
Afortunadamente, no todo el mundo es tan despiadado.
Los fans parecen entender que Laine necesita tiempo para aclimatarse. La explosión del Bell Centre durante su primer gol contra los Islanders es un recordatorio de que Montreal es una ciudad donde los jugadores talentosos pueden convertirse en leyendas.
Pero para ello necesitan apoyo, no críticas libres.
Patrik Laine es un jugador que eligió venir a Montreal, una ciudad exigente, para relanzar su carrera.
Merece un trato justo y respetuoso, no un aluvión de comentarios negativos después de unos pocos días.
Los medios de comunicación de Montreal, a menudo acusados de ser “despiadados”, harían bien en recordar que tienen un papel que desempeñar en el desarrollo y la confianza de los jugadores.
Es hora de dejar respirar a Laine y darle el espacio que necesita para demostrar que puede ser una parte clave de este equipo.
En cuanto a Alain Crête y Danick Martineau, tal vez deberían tomarse un momento para pensar en el impacto de sus palabras antes de seguir alimentando una campaña de desprestigio tan injustificada como destructiva.
Patrik Laine merece algo mejor. Montreal merece algo mejor.