El ejército de Moscú afirma que el ejército ucraniano está llevando a cabo una nueva “contraofensiva” en la región fronteriza rusa de Kursk, que ha repelido “la artillería y la aviación”.
Moscú reivindicó el domingo 5 de enero repeler una nueva ofensiva ucraniana en la región fronteriza rusa de Kursk, donde las fuerzas de Kiev ya controlan varios centenares de kilómetros cuadrados desde un asalto en agosto de 2024, una operación sorpresa dos semanas antes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
La llegada al poder del “impredecible” republicano el 20 de enero hace temer en Ucrania una reducción drástica del apoyo de Estados Unidos, que sin embargo es vital para las fuerzas ucranianas, y que el próximo presidente estadounidense, que ha jurado poder resolver El conflicto “en 24 horas” no obliga a los ucranianos a hacer concesiones a Vladimir Putin.
“Alrededor de las 9 de la mañana, el enemigo lanzó un contraataque para detener el avance de las tropas rusas en la zona de Kursk”, dijo el ejército ruso en un comunicado el domingo.
“Rusia recibe lo que se merece”
Según ella, “el grupo de asalto del ejército ucraniano fue derrotado por la artillería y la aviación” y “la operación para destruir unidades de las fuerzas ucranianas continúa”. El ejército ucraniano guarda silencio por el momento sobre esta nueva operación.
Rusia ahora cuenta con el apoyo en esta zona de miles de soldados norcoreanos, según Occidente y Kiev.
El jefe de la administración presidencial ucraniana, Andriy Iermak, transmitió un mensaje bastante claro en Telegram: “Región de Kursk, buenas noticias. Rusia está recibiendo lo que se merece”.
Comunicado abordado por el diputado ucraniano Oleksiï Goncharenko, habitualmente crítico con el Gobierno: “No entiendo por qué es necesario hacer un informe oficial”. “¿Quizás sería mejor hacerlo a posteriori, una vez terminada la operación?”, comentó.
Andriï Kovalenko, funcionario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, aseguró por su parte que los rusos habían “sido atacados desde varios lados, lo que los sorprendió”.
Según el canal de Telegram Mash, considerado cercano a las autoridades rusas, “los hombres del ejército ucraniano se mueven en pequeños grupos”. “El número total de sus soldados es de 2.000”, añadió.
Donald Trump prometió detener la “carnicería”
Según blogueros militares rusos, bien informados sobre el avance de las hostilidades, las fuerzas ucranianas están intentando especialmente tomar el control de Berdine, una pequeña ciudad situada a unos 20 kilómetros de la frontera.
“Los equipos de guerra electrónica del enemigo están cada vez más activos en el sitio, lo que dificulta el uso de drones”, informó el canal “Rybar”, cercano al ejército ruso y seguido por más de 1,3 millones de suscriptores.
Este ataque ucraniano en la región de Kursk se produce dos semanas antes del regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, que pidió un alto el fuego “inmediato” y prometió obtener un acuerdo de paz para detener “la matanza”, sin detallar nunca su plan.
También dijo que se oponía a los ataques ucranianos en territorio ruso con misiles estadounidenses ATACMS, una línea roja para Moscú.
Avances rusos
Esta nueva ofensiva de Kiev se produce además cinco meses después de la primera en la misma región de Kursk, que tomó por sorpresa a las fuerzas rusas, un fracaso para el presidente Vladimir Putin, que elogió una Rusia “más soberana” desde el inicio del asalto. de sus hombres contra Ucrania en febrero de 2022.
El jefe del Kremlin, que apareció irritado en la televisión en agosto a raíz de la operación militar ucraniana en suelo de su país, había pedido al ejército ruso que “empujara al enemigo” más allá de las fronteras.
Los objetivos de Kiev eran entonces obligar a Moscú a redesplegar sus tropas, atacando el frente oriental, en este nuevo campo de batalla y reforzar su posición en la mesa de negociaciones antes de posibles conversaciones de paz.
La operación no tuvo el efecto deseado: las unidades rusas avanzan en el Frente Oriental desde la caída a una velocidad no vista desde marzo de 2022.
Pese a todo, una fuente importante del Estado Mayor del ejército ucraniano aseguró a finales de noviembre que permanecería en la región de Kursk “mientras” fuera “interesante”, precisando que todavía controlaba en aquel momento “alrededor de 800 kilómetros cuadrados”.