Samuel Montembeault, aunque lejos de Colorado, da mucho de qué hablar en Denver… pero no por las razones correctas.
Aunque los Montreal Canadiens se enfrentarán esta tarde al Avalanche con Jakub Dobeš en la portería, aumentan las discusiones entre bastidores sobre la situación de Montembeault, especialmente en relación con su controvertido contrato.
Algunos observadores incluso sospechan que la CH lo alineó ayer contra Chicago para evitar que esté en el punto de mira ante una organización que últimamente ha apostado fuerte por sus porteros.
Las recientes actuaciones de MacKenzie Blackwood con Avalanche, coronadas por una extensión de contrato de cinco años y 25 millones de dólares, sólo acentúan el malestar en torno a Montembeault.
Ambos porteros, de 28 años, tienen estadísticas comparables, pero fue a Blackwood a quien le ofrecieron el puesto de portero número uno y un contrato que coincidía con su potencial.
Mientras tanto, Montembeault debe conformarse con unos modestos 3,15 millones de dólares al año durante tres años, sin cláusula de prohibición de cambios, incluso si lo abusan.
Esta evidente diferencia está alimentando discusiones en Denver, donde los medios y los fanáticos de Avalanche ven a Blackwood como el futuro de su franquicia.
“Ellos creen en mí” dijo Blackwood, visiblemente satisfecho con el voto de confianza de la organización.
Las palabras de MacKenzie Blackwood en Denver deben ser difíciles de escuchar para Samuel Montembeault. Blackwood expresó cuánto se siente apoyado y valorado por Avalanche, y explicó que la extensión de contrato por cinco años que recibió es una prueba clara de que la organización cree profundamente en él.
Destacó que tal gesto de confianza lo alienta a seguir mejorando y demostrar que merece este rol a largo plazo.
Podemos ver la diferencia fundamental entre la forma en que se trata a Blackwood en Denver y la realidad de Montembeault en Montreal.
Mientras que el Avalanche muestra su compromiso con su portero, el CH, al ofrecer un contrato con descuento y sin cláusula de no intercambio, envía un mensaje completamente diferente.
Para Montembeault, es obvio que nunca ha recibido el mismo nivel de consideración o reconocimiento, a pesar de sus constantes esfuerzos y sólidas actuaciones.
En Montreal, Montembeault nunca tuvo tal apoyo.
La decisión del CH de enviar a Montembeault contra Chicago, un equipo significativamente más débil, es vista por algunos como un intento de evitar comparaciones directas con Blackwood.
Otros lo ven como una maniobra para minimizar la atención a las deficiencias del contrato de Montembeault, especialmente en un contexto en el que Jakub Dobeš se prepara para defender la red de Montreal contra una de las potencias de la NHL.
Todo el mundo sabe que Kent Hughes se lo pasó bien con Montembeault y su agente.
Este sentimiento se ve amplificado por las palabras de su propio agente, Paul Corbeil, quien minimizó el impacto de la falta de protección contractual para su cliente.
Corbeil, en un intento de justificar su elección, afirmó que “fue un buen acuerdo para Samuel y para el canadiense” y que “la organización cree en él”.
Pero los hechos dicen todo lo contrario. Si la CH realmente hubiera creído en Montembeault, habría negociado un contrato digno de su talento, o al menos habría incluido una cláusula de protección para evitar que se convirtiera en una simple moneda de cambio.
La falta de visión de Corbeil en esta negociación pesa hoy mucho. Mientras Blackwood se beneficia de un voto de confianza explícito en Denver, Montembeault ve su futuro en Montreal colapsar cuando Jakub Dobex se impone.
Esta realidad hace aún más cruel la falta de apoyo evidente por parte de la organización de Montreal, que ya parece prepararse para la próxima generación con Dobes y Jacob Fowler.
Para Montembeault, la situación actual es un cruel recordatorio de la importancia de contar con un agente que realmente proteja los intereses de su cliente.
Corbeil no pudo anticipar la dinámica cambiante dentro de la CH ni negociar un contrato que hubiera ofrecido a Montembeault la estabilidad necesaria para prosperar.
En cambio, el portero quebequense se encuentra en una situación precaria, atrapado entre un contrato de descuento y una organización que ya parece mirar hacia el futuro, sin él.
Para Montembeault, es cada vez más evidente que su futuro no se concreta en Montreal. Y esta verdad, por dolorosa que sea, es fruto de una gestión nefasta, tanto a nivel contractual como deportivo.
Si Dobes ofrece otra actuación excepcional, como en su última blanqueada, es probable que los rumores sobre el futuro de Montembeault se intensifiquen.
Con Jacob Fowler potencialmente uniéndose a la organización la próxima temporada, la falta de una cláusula de no intercambio en el contrato de Montembeault se convierte en un problema importante.
En Denver, algunos no dudan en calificar esta situación de “tragedia evitable”, señalando a su agente, Paul Corbeil, por su cuestionable gestión de las negociaciones.
Paul Corbeil, que recientemente defendió el contrato de su cliente afirmando que era un buen acuerdo para Samuel y para el canadiense, hoy debe arrepentirse de sus palabras.
Este contrato, considerado ahora como un error monumental, coloca a Montembeault en una situación precaria. Si la CH decide dejar espacio a Dobee y Fowler, Montembeault podría encontrarse en el mercado cambiario, sin ninguna protección para elegir su próximo destino.
En Denver, la historia de Montembeault se ha convertido en un ejemplo de los peligros de una mala gestión contractual.
El Avalanche, que sustituyó a ambos porteros a mitad de temporada, demostró que estaba dispuesto a invertir para solucionar sus problemas de portería.
En Montreal, esta ambición parece faltar, al menos en la forma en que la organización gestiona las carreras de sus actores clave.
Para Montembeault, el futuro en Montreal parece cada vez más incierto. Con Dobee brillando y Fowler en espera, es difícil imaginar que el quebequense pueda terminar su contrato de tres años con los Habs.
Peor aún, la falta de una cláusula de no cambio significa que podría ser cambiado en cualquier momento, tal vez incluso a un equipo sin ambiciones reales, lo que podría empañar aún más su carrera.
En conclusión, mientras Avalanche sigue apostando por Blackwood como piedra angular de su éxito futuro, la situación de Montembeault es un cruel recordatorio de que en la NHL todo depende de los detalles.
En Denver nos preguntamos cómo un portero con tanto talento pudo acabar con un contrato tan mediocre.
En Montreal esperamos que esta lección sirva para evitar que se repitan los mismos errores con las generaciones futuras.
Pero para Montembeault, los arrepentimientos y la incertidumbre ahora están ahí.
Y lamentablemente para él, todo esto estaba escrito en el cielo.