El Napoli logró su segunda victoria consecutiva ante el Génova, pero demostró que tiene una gran emergencia.
Segunda victoria consecutiva para Nápolestras el del Udinese, que también se impuso con un Génova brillante y capaz de poner en serias dificultades al equipo dirigido por Antonio Conte. A pesar de los obstáculos, los azzurri recuperaron la cima de la clasificación, a la espera del resultado del Atalanta-Empoli.
En la primera parte, el Napoli demostró un fútbol de gran calidad, caracterizado por maniobras corales y un juego de posesión que evocaba el estilo de Luciano Spalletti. En este sentido, conviene recordar las palabras de Antonio Conte, que ha subrayado en repetidas ocasiones el deseo de ver un equipo capaz de imponer un juego dominante, evitando planteamientos exclusivamente defensivos. Y, aunque a pequeños pasos, los napolitanos parecen avanzar en la dirección deseada.
Sin embargo, en la segunda mitad, el Napoli apareció irreconocible, dejándose abrumar por la presión de los Griffins. Según los rumores que llegan desde el vestuario de Marassi, Conte no ocultó su decepción por la actitud mostrada por sus hombres en la segunda parte.
Otro tema que surgió claramente es el de la necesidad de refuerzos en el departamento defensivo.. Juan Jesús, en diversas situaciones, tanto en las entradas como en el manejo de la posesión, se mostró inseguro. Se sintió claramente la ausencia de Alessandro Buongiorno, parado por una lesión. Por tanto, está claro que sólo el mercado, con la compra de una alternativa válida al antiguo Torino, podrá colmar este vacío estructural.