Si 2024 ha sido memorable en Bilbao, el Athletic Club está decidido a acabarlo con nota alta. Al partir el tren de campeones, deja atrás un espléndido balance de 14 partidos consecutivos sin derrota. Osasuna no pudo contener a este equipo rocoso e impenetrable que parecía tenerlo todo de su lado. Incluso la mala suerte se convirtió en aliada de los leones, ya que una lesión de Sancet, uno de sus jugadores estrella, abrió la puerta a Berenguer. Fue él quien completó la remontada después de que Osasuna se adelantara por mediación de Torró. Guruzeta igualó con un clásico del delantero y la noche la selló el ex canterano de Osasuna, Álex. Aprovechan cada error de sus oponentes como tiburones. Llegan a las vacaciones de Navidad con unos impresionantes 36 puntos.
El partido fue intenso, con la primera parte favoreciendo a Osasuna, que mantuvo su estrategia con verticalidad y constantes ataques al área rival. Tras el descanso, el partido se volvió más equilibrado, sin un dominante claro, y en un momento de pura potencia, un despeje largo del portero acabó con el debate.
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Osasuna-vs. El Athletic en El Sadar nunca es un asunto aburrido. Al contrario, es un trueno alimentado por la intensa rivalidad entre ambas aficiones, dado que el club bilbaíno se ha acostumbrado a buscar joyas de Tajonar de forma casi clandestina. El partido comenzó de manera vibrante, atrayendo a espectadores neutrales mientras encendía la pasión entre los fanáticos incondicionales.
Osasuna sabía que si abusaba de los pases cortos o controlaba mal el balón, los atacantes de Valverde les castigarían. Sancet cambió de dirección a la velocidad del rayo, sirviendo a los hermanos Williams, con Guruzeta justo por delante. Nico y Gorka se hicieron oír pronto, pero fue Iñaki el que se mostró especialmente animado. Un potente disparo suyo lo detuvo Herrera, que rápidamente se dio cuenta de que le esperaba una noche ocupada.
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En el minuto 21, un momento crucial mostró el impacto moderno del VAR como el jugador número 23 en el campo. El disparo de Iñaki dio en el brazo ligeramente abierto de Herrando, por lo que el árbitro revisó la situación para un posible penalti. Sin embargo, el árbitro consideró más significativo un golpe accidental previo de Galarreta sobre Oroz. Así, el penalti pasó completamente desapercibido, justo antes de que Torró marcara un gol increíble. Simón podría haberlo hecho mejor, pero reaccionó demasiado tarde.
La capacidad de respuesta del Athletic es monumental. Iñaki siguió amenazando y un cómodo pase desde la derecha permitió a Guruzeta moverse con libertad dentro del área. Se anticipó a la jugada de Boyo cabeceando un estilo que recordaba a Aduriz. El partido siguió frenético. En el minuto 38, Oroz mantuvo con maestría la posesión en el área, pero Simón respondió con una potente derechazo. Esto se ha convertido en un clásico reciente para los Lions, que a menudo descuidan los centros laterales, dejándolos vulnerables a simples contraataques. Herrera entró en acción más tarde con otro disparo de Iñaki.
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La segunda parte se retrasó por varios jugadores con problemas físicos: primero Sancet, que se lastimó el pie derecho, luego Cruz se vio obligado a abandonar. Iñaki, de pura arena, también sufrió una importante caída. Antes de eso, orquestó una impresionante jugada al estilo Maradona, evitando a Bretones, Oroz y Herrando antes de crear una oportunidad para Guruzeta, pero Herrera estuvo allí nuevamente para realizar una intervención sorprendente. Los Lions lucharon por crear juego en el área. Cuando la cosa se ha estancado siempre tienen un plan B. Cuando el partido llegaba al minuto 74, un potente despeje de Simón provocó un imperdonable error defensivo de la zaga de Moreno. Torró entró en acción ante Areso, tras un despiste con Boyomo, que sigue teniendo problemas con su juego aéreo. Herrando debería haber tenido más cuidado con su centro. Berenguer fue el más astuto, aceptó el regalo de Papá Noel y tranquilamente metió el balón en la red superando a Herrera. El técnico de Osasuna acabó desesperado, desplegando a Budimir y Raúl como atacantes en los minutos finales. Mostraron más corazón que cerebro, encarnando la típica situación de “quiero pero no puedo”. La suerte está echada, mientras que 2024 es rojiblanco, y no arruinaría al Athletic en su última jugada del año.
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