El combate que decidirá quién es el boxeador más fuerte de todos

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El sábado 21 de diciembre en Riad, Arabia Saudita, Oleksandr Usyk y Tyson Fury pelearán en un combate de boxeo muy esperado que pondrá en juego los títulos de campeonato mundial de peso pesado de la AMB, el CMB y la OMB, tres de las cuatro principales organizaciones de boxeo profesional y el único honorífico pero muy prestigioso de “campeón lineal” (volveremos). Los títulos pertenecen actualmente a Usyk, quien se los arrebató a Fury en mayo pasado, venciéndolo de manera algo sorprendente.

Usyk y Fury son dos de los mejores boxeadores del mundo, como lo demuestran sus estadísticas: Usyk, ucraniano, de 37 años, ha ganado los 22 combates oficiales disputados hasta ahora, 14 de los cuales noqueando a su oponente; Fury, inglés, de 36 años, ha ganado 32 de sus 34 peleas, 24 de ellas por nocaut. De los otros dos partidos, uno fue empate y el otro fue precisamente la derrota sufrida ante Usyk, que se dio por puntos decisión dividida (Un juez otorgó la victoria a Fury, mientras que los otros dos al boxeador ucraniano). Fue un partido equilibrado y espectacular, en el que Fury pareció tener el control hasta el noveno round, cuando un gancho de izquierda de Usyk lo golpeó violentamente, haciéndolo tambalearse durante varios segundos y cambiando el partido.

Al ganar en mayo, Usyk se convirtió en el primer campeón indiscutible (Es decir, ¿qué campeón indiscutible) en más de 25 años, porque concentró en sí mismo los títulos de campeón mundial de la AMB, el CMB, la OMB y la FIB (a este último renunció a principios del verano), todas las principales organizaciones del boxeo profesional. Pero, sobre todo, también le quitó a Fury el título de “campeón lineal”. El campeón lineal es una especie de título hereditario informal, que sólo se puede obtener derrotando al campeón lineal reinante en el ring, quien pierde ese título. Aunque no oficial, se considera muy prestigioso porque muchos grandes boxeadores del pasado fueron campeones lineales durante un tiempo, desde Rocky Marciano hasta Muhammad Ali y George Foreman, pasando por Mike Tyson (el italiano Primo Carnera también lo fue, entre 1933 y 1934). .

En un período de gran fragmentación de las federaciones y de las siglas, y por tanto también de los títulos, se ha producido también un reconocimiento más universal del estatus del boxeador. En 2015 Tyson Fury obtuvo el título al derrotar al poseedor, el ucraniano Wladimir Klitschko: lo conservó hasta 2024, cuando perdió ante Usyk.

Fury vs Usyk parte 1, 18 de mayo de 2024

En los nueve años que fue campeón lineal, Fury tuvo varios altibajos; En 2016, en particular, perdió (sin pelear) los títulos de campeón del mundo que había ganado contra Klitschko debido a problemas relacionados con la depresión y la drogadicción. Fue descalificado por dos años y comenzó un largo proceso de rehabilitación, que culminó en febrero de 2020 con la victoria ante Deontay Wilder, invicto en 43 peleas hasta ese momento, que le permitió regresar a ser campeón mundial de peso pesado del CMB.

Físicamente es muy potente: mide más de 2 metros y pesa casi 120 kilos. Su estilo de boxeo no se considera especialmente satisfactorio a nivel estético y son famosos los vídeos de sus entrenamientos, bastante torpes, en los que casi no parece un deportista profesional. En el ring, sin embargo, es un boxeador excepcionalmente completo y difícil de combatir, porque sabe adaptar su estilo de lucha al de su oponente y golpearlo de muchas maneras diferentes. Alessandro Duran, exboxeador que comentará el combate para DAZN, afirma que “su capacidad para recibir golpes y recuperarse cuando está en dificultades es impresionante”.

Fury es también un personaje bastante exagerado, a quien durante los partidos (pero no sólo) le gusta provocar a sus oponentes con fintas, sonrisas, hablando basura. Según Durán “es gascón, tiene mucho carácter y casi siempre consigue llevar el partido a donde quiere, pero contra Usyk pagó un alto precio por su exceso de confianza”. De hecho, muchos creen que Fury pensó que ya casi había ganado el partido (en realidad estaba por delante en puntos) y que por eso perdió un poco de concentración, exponiéndose a los ataques de Usyk.

un poco sobre hablando basura entre los dos boxeadores

Para pelear contra Fury, Usyk hizo una cosa rara y muy complicada: engordó kilos para entrar en la categoría de peso pesado, la categoría considerada la más prestigiosa y en la que pelearon casi todos los boxeadores más famosos; anteriormente había dominado la categoría de peso semipesado, de la cual ostentaba los cuatro títulos principales. En septiembre de 2021 venció al inglés Anthony Joshua por decisión unánime ante 70.000 espectadores en el estadio del Tottenham (en Londres): casi todos estaban presentes para Joshua, que jugaba en casa. Obtuvo así los títulos de campeón de peso pesado de la AMB, la FIB y la OMB (el título del CMB se lo arrebató a Fury al vencerlo en mayo). Al año siguiente volvió a derrotar a Joshua.

«Usyk ha demostrado ser un campeón extraordinario, porque físicamente no sería un peso pesado natural», explica Durán, según quien las mejores características del boxeador ucraniano son «velocidad, ritmo, inteligencia táctica». También es un boxeador que sabe adaptarse a su oponente y sobre todo es capaz de adoptar los contraataques adecuados durante el combate, mejorando a medida que pasan los rounds.

En definitiva, hay una gran expectación por la revancha entre Fury y Usyk, por el carisma de los personajes involucrados (que en los últimos meses se han provocado a menudo pero también han demostrado que se respetan), por su talento y por la Hay mucho en juego: los tres títulos de campeón del mundo y el de campeón lineal, pero también una notable compensación económica, cuyo total, que no es público, según diversos rumores publicados en los periódicos debería superar los 180 millones de euros. La cifra debería entonces dividirse aproximadamente en un 50 por ciento entre los dos oponentes. Como muchos de los combates de boxeo más importantes de los últimos años, se disputará en Arabia Saudita, un país que está invirtiendo fuertemente en el deporte en un intento de limpiar su imagen de régimen autoritario y represivo, y que también ha demostrado cierta gusto por lo grotesco en la presentación de estos eventos, como se desprende de la promo oficial del encuentro.

El combate entre los dos boxeadores será evento principales decir, el evento principal, de un programa bastante rico de combates de boxeo que comenzará el sábado a las 16.30 horas; el de Fury y Usyk debería comenzar alrededor de las 21:00 horas y será visible en Italia en la plataforma de streaming DAZN.

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