El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó el miércoles que no busca promover su imagen, sino la “existencia” de Israel, en un intento de influir en el periódico Walla por el que se le acusa, durante su cuarta comparecencia en el juicio que se está llevando a cabo. perseguido por corrupción.
Netanyahu aseguró en el estrado que cuando habla con el empresario Shaul Elovitch, propietario de Walla, le habla de la “existencia” de Israel: “Te sientas ahí con un sitio web en el que puedes influir y no haces nada. Es aburrido. Este es un gran error. “Vine a ofrecerle una solución a este problema”, dijo.
En este caso, Netanyahu se refiere a una conversación con Elovitch después de que el periódico publicara un artículo en el que afirmaba que la “amenaza nuclear iraní” estaba “muerta”. El Primer Ministro justificó su acercamiento al propietario del periódico asegurando que escribir algo así es un problema para la “existencia” de Israel.
La sesión se centró en el llamado caso 4000 que involucra a Elovich, quien, a cambio de favores regulatorios entre 2012 y 2017, para el grupo de telecomunicaciones Bezeq -del que es accionista mayoritario- permitió que la cobertura mediática de Walla estuviera sesgada hacia los intereses de Netanyahu y su familia.
Netanyahu destacó que en los últimos años el portal Walla no ha ofrecido una cobertura favorable y, por el contrario, se mostró “hostil” hacia él y positivo hacia el líder de la oposición Yair Lapid.
Además, dijo que debido a su apretada agenda, no tenía conocimiento de solicitudes para modificar artículos específicos, como el relativo al aniversario de la muerte del padre de su esposa Sara Ben, Artzi.
La audiencia del miércoles se produce tras la cancelación de la del martes debido a “circunstancias excepcionales” alegadas por el primer ministro, que resultó ser una visita al Monte Hermón, territorio sirio donde Israel ha desplegado sus tropas.
El juicio contra Netanyahu comenzó el 10 de diciembre, ocho años después de que comenzara la investigación y después de años de retrasos en sus comparecencias ante el tribunal, ahora programadas para al menos dos audiencias de seis horas por semana durante los próximos tres meses.
El primer ministro aseguró que todo este tiempo estuvo esperando “decir la verdad” tal como la recordaba.
Este juicio marca un hito importante en la historia de Israel, ya que es la primera vez que un primer ministro testifica como acusado en un juicio penal; En casos anteriores, sus predecesores dimitieron antes de afrontar acciones legales.
Además del caso 4000, Netanyahu, de 75 años, se enfrenta a la justicia por otros dos casos, 2000 y 1000, asociados a presuntos delitos de corrupción, fraude y abuso de confianza cometidos entre 2007 y 2017.
Las agencias contribuyeron a este artículo de Aurora.