Los precios del petróleo se recuperaron el miércoles, apoyados por el repunte de la demanda de diésel en Estados Unidos, pero una firme comunicación del banco central estadounidense (Fed) calmó la tendencia. El precio del barril de Brent del Mar del Norte para entrega en febrero ganó un 0,27%, para cerrar en 73,39 dólares. El barril de American West Texas Intermediate (WTI) con vencimiento en enero ganó un 0,71%, hasta 70,58 dólares.
Para Matt Smith, de Kpler, los operadores se mostraron sensibles al aumento del 30% en los volúmenes de productos destilados, categoría que incluye el diésel, entregados al mercado americano la semana pasada en comparación con el período anterior. Con 4,5 millones de barriles por día, la demanda de diésel está en su nivel más alto en dos años y medio, según cifras publicadas el miércoles por la Administración de Información Energética (EIA) de Estados Unidos. Aunque se considera una señal positiva del apetito por los productos refinados, este aumento es engañoso, según Matt Smith, porque está vinculado a la fuerte actividad en el transporte por carretera, ferrocarril y marítimo antes del período de vacaciones.
Además de los productos destilados, los ponentes destacaron en el informe de la EIA la aceleración de las exportaciones (+58%), que no alcanzaban este nivel desde hacía casi cinco meses. Estos dos indicadores primaron, en el ánimo de los operadores, frente a la ralentización de la actividad de las refinerías, que utilizaron el 91,8% de su capacidad frente al 92,4% del período anterior. Sin embargo, el impulso dado por el informe de la EIA fue moderado por la comunicación del banco central americano (FED), realizada al final de la sesión.
La Reserva Federal redujo su tipo de interés clave en un cuarto de punto, pero sus miembros sólo planean dos recortes adicionales en 2025, frente a los cuatro de septiembre. “Esta es una nueva fase y seremos cautelosos ante futuros recortes de tipos”advirtió el presidente de la institución, Jerome Powell, durante su rueda de prensa. Este fortalecimiento de la política monetaria estadounidense sugiere condiciones financieras menos favorables que las esperadas el próximo año, lo que podría afectar el consumo y la demanda de petróleo.