Esta minicumbre informal, que tendrá lugar en la residencia del secretario general de la OTAN, será una oportunidad para discutir, al más alto nivel, los “próximos pasos”, tras más de mil días de conflicto en Ucrania, indicó El martes la jefa del gobierno italiano, Giorgia Meloni. Mark Rutte, que asumió el cargo a principios de octubre, quiere reunir a los aliados europeos “más decididos” en su apoyo a Kiev para consolidar la reflexión sobre dos temas: cómo abordar la nueva administración Trump y qué más se puede hacer. ¿Qué hemos hecho por Ucrania?, resume un diplomático en Bruselas.
Se esperan líderes. Además del líder italiano, se esperan al jefe del gobierno polaco, Donald Tusk, y al canciller alemán, Olaf Scholz. Inicialmente se esperaba que el presidente francés, Emmanuel Macron, estuviera presente, pero su partida hacia Mayotte, un archipiélago francés en el Océano Índico devastado por el ciclón Chido, podría poner en duda su participación. Gran Bretaña estará representada por su ministro de Asuntos Exteriores, David Lammy, y la Unión Europea, por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa.
Los europeos están preocupados por la posibilidad de una suspensión de la ayuda militar estadounidense a Ucrania y las promesas de Donald Trump de poner fin a la guerra “en 24 horas”. En este contexto, Ucrania plantea ahora la posibilidad de negociaciones de paz, que rechaza desde hace tiempo, siempre que se garantice su seguridad. Zelensky pidió el martes “una paz duradera” en Ucrania que el presidente ruso Vladimir Putin “ya no pueda romper”. Y la única manera que tiene el presidente ucraniano de garantizarlo es que Ucrania se una a la OTAN para beneficiarse de su protección.
Incertidumbre. Esta perspectiva “irreversible”, según la OTAN, sin embargo, no está vigente y la idea es necesaria para ofrecer otras garantías de seguridad. Francia y Polonia discutieron el envío de tropas a Ucrania la semana pasada en Varsovia para garantizar un posible alto el fuego. El debate avanza, pero sigue siendo difícil dada la incertidumbre que rodea las futuras propuestas de Donald Trump, subraya un diplomático europeo. Por lo tanto, el objetivo es sobre todo “hacer a Ucrania lo más fuerte posible antes de posibles negociaciones”, según una fuente cercana al gobierno alemán.
La idea es confirmar “la línea de acción común” entre los europeos, manteniendo al mismo tiempo “una estrecha coordinación sobre los próximos pasos a seguir”, subrayó Meloni. Y para el presidente ucraniano, la urgencia es obtener más armas que le permitan cambiar la situación en el campo de batalla. Dijo el martes que su país necesitaba de 12 a 15 sistemas de defensa aérea adicionales para protegerse contra los constantes ataques de las fuerzas rusas contra sus ciudades e infraestructura energética. “Es factible. El factor principal es la voluntad política”, afirmó. El ejército ruso reclamó el martes la conquista de 189 localidades ucranianas en 2024 y avanza cada día.
Olivier BAUBÉ
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