Según un canal Telegram que cita a la policía, los sospechosos ya confesaron y, en particular, revelaron a los investigadores la identidad de los organizadores del asesinato.
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Según informes, la policía rusa ha detenido a dos sospechosos del asesinato del jefe de las fuerzas de defensa radiológica, química y biológica, Igor Kirillov, y de su adjunto, informa el influyente diario ruso Kommersant. Esta información también la reporta el canal “112” de Telegram.
Según el interlocutor de “Kommersant”, la pista de los sospechosos se siguió desde la escena del crimen, donde las cámaras de vigilancia registraron un par de coches sospechosos.
“112” señala que los sospechosos ya confesaron y, en particular, revelaron a los investigadores la identidad de los organizadores del asesinato.
La agencia estatal de noticias TASS, que cita a los servicios especiales rusos FSB (antiguo KGB), habla de un solo sospechoso arrestado: se dice que es un ciudadano uzbeko de 29 años. Según el FSB citado por TASS, fue reclutado por los servicios especiales ucranianos y Al parecer se le prometió una recompensa de 100.000 dólares y la posibilidad de entrar legalmente en uno de los países de la UE.
“El autor del ataque terrorista”, continúa TASS, fue reclutado por los servicios especiales ucranianos. Siguiendo sus instrucciones, llegó a Moscú, obtuvo un artefacto explosivo improvisado (IED) de alto poder y lo colocó en un scooter eléctrico, que estacionó cerca de la entrada de la casa de Kirillov.
Para controlar su dirección residencial, el autor alquiló un coche de viaje compartido e instaló una cámara de vídeo Wi-Fi, cuyas imágenes fueron transmitidas online a los organizadores, ubicados en Dnipro (Ucrania).
Después de recibir una señal de vídeo de los agentes saliendo de la entrada, detonó el dispositivo de forma remota.
El medio de comunicación ucraniano en línea Ukraïnska Pravda, por su parte, afirma que Estados Unidos “no fue advertido de antemano” de la liquidación del general Kirillov en Moscú.
Un alto funcionario estadounidense que habló con periodistas bajo condición de anonimato y citado por la AFP afirmó que “Estados Unidos no estaba al tanto de la operación de antemano”. “No apoyamos ni facilitamos este tipo de actividad”, añadió.
Recordemos que el asesinato se llevó a cabo la madrugada del martes en un suburbio del sureste de Moscú, en la avenida Ryazansky. Este barrio alberga rascacielos, centros comerciales y un atractivo parque vecinal, Kuskovo, con un palacio de madera del siglo XVIII y un lago ornamental. La línea del frente en Ucrania está a 650 millas de la capital, un viaje de 15 horas.
Pero, como señala irónicamente The Guardian, esta distancia épica no disuadió al servicio de seguridad ucraniano (SBU) de llevar a cabo el asesinato de Kirillov. Fuentes en Kyiv confirmaron que el servicio fue el responsable. La muerte del general es la operación más audaz del SBU hasta la fecha. Un ataque destinado a sembrar pánico y miedo entre altos funcionarios del Kremlin y militares..
Una teoría es que el scooter cargado de explosivos fue colocado frente al edificio residencial alrededor de las 4 a.m. del martes. La bomba había sido colocada en un scooter eléctrico fuera de la casa o en un cubo de basura. Luego, el dispositivo se activó de forma remota, mediante un teléfono celular o una señal de radio. Según el 112, los agresores habrían tenido acceso a las imágenes de la cámara de vigilancia en directo, mientras se encontraban en un coche de uso compartido.
Según The Guardian, misiones de este tipo no serían posibles para el SBU sin la participación de colaboradores rusos locales. Estos últimos parecen ser individuos con motivaciones ideológicas que se oponen a la guerra de Rusia y están dispuestos a participar en operaciones peligrosas.
Kirillov, de 54 años, fue objeto de sanciones por parte de varios países, incluidos el Reino Unido y Canadá, debido a sus acciones durante la operación militar de Moscú en Ucrania. El lunes, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) abrió una investigación penal contra él, acusándolo de dirigir el uso de armas químicas prohibidas.
Rusia ha negado haber utilizado armas químicas en Ucrania y acusó a Kiev de utilizar agentes tóxicos en combate.
Kirillov, que asumió su cargo actual en 2017, fue una de las figuras más destacadas en hacer estas acusaciones. Ha celebrado numerosas sesiones informativas acusando al ejército ucraniano de utilizar agentes tóxicos y planear ataques con sustancias radiactivas, afirmaciones que Ucrania y sus aliados occidentales han descartado como propaganda.
La principal agencia de investigación estatal de Rusia dijo que estaba examinando la muerte de Kirillov como un caso de terrorismo, y los funcionarios de Moscú prometieron represalias en respuesta.