CONAKRY- El guineano regresó con las manos vacías de Marrakech, mientras esperaba hacerse con el preciado sésamo. Por tanto, el pueblo de Guinea no tendrá este trofeo de consolación. Un trofeo que debería hacerle olvidar la gran barriga sufrida en todas las competiciones en las que participaron sus equipos. Esto significa que para el año 2024, el fútbol guineano lo ha perdido todo.
Ni los clubes ni las selecciones, en todas las categorías, han logrado encontrar el camino hacia la gloria. Todos fueron eliminados prematuramente. Porque no tenían el nivel necesario para seguir existiendo entre los mejores. Seguramente, por falta de buena gobernanza del fútbol por parte de la cada vez más criticada Federación. Pero en el caso del guineano de Dortmund, que era la última esperanza de todo un pueblo, todo jugaba a su favor. Una estadística impresionante en cuanto a número de goles marcados. Consistencia impecable al más alto nivel. Sólo en el año contabilizado por los votantes en estos CAFAWARDS, Serhou Guirrassy marcó 40 goles en otros tantos partidos disputados.
Pero, por desgracia, eso no fue suficiente.
Una y otra vez la ausencia de la selección nacional en el círculo de los mejores del continente perjudicó bastante al exjugador del Stuttgart. Teniendo en cuenta los resultados de estos PREMIOS CAF, tenemos la impresión de que para los votantes sólo contaba la CAN 2024 que se jugó en Costa de Marfil. En esta CAN, cabe recordar, Serhou y su selección abandonaron la competición en cuartos de final. Y Serhou, lamentablemente, no brilló lo suficiente, porque llegó mermado físicamente. Esto, a diferencia de su competidor. Éste, en este caso Ademola Lookman, no sólo llevó a su equipo durante esta competición y también brilló tanto en el club Atalanta Bérgamo con el que se coronará campeón de la Europa League, con el plus de tres goles que marcó en el final. Realismo histórico.
En resumen, en conjunto, Guirassy tiene un historial limpio, mientras que su competidor por el trofeo podría jactarse de un título importante en Europa y una final de la CAN. La velada que debería haber sido la más feliz para el guineano, que pasaría definitivamente a la historia nacional al ser el segundo jugador en ganar este trofeo, se convirtió en una pesadilla, tanto para él como para todos sus seguidores.
No sólo no ganó el Balón de Oro, sino que tampoco fue seleccionado entre los once tipos del año. Lo cual parece improbable. Sin embargo, no todo está perdido para la estrella guineana. Su influencia y popularidad, sin embargo, crecieron y se extendieron mucho más allá de las fronteras de su país. Con el mismo dinamismo hay esperanza, porque muy pronto esperamos.
Mognouma Cissé