LONDRES (AP) — Matheus Cunha, el prolífico delantero del Wolverhampton, se encuentra en una situación complicada luego de ser acusado de mala conducta por la Asociación de Fútbol el martes. El internacional brasileño estuvo involucrado en un dramático incidente posterior al partido tras la desgarradora derrota de los Wolves por 2-1 ante el Ipswich Town en Molineux el sábado.
El caos estalló cuando Cunha fue visto atacando a un guardia de seguridad de Ipswich y quitándole las gafas durante la conmoción que siguió al partido, donde los Wolves concedieron un gol en el tiempo de descuento que selló su destino.
Esta temporada, Cunha ha sido un jugador clave para los Wolves, marcando ocho goles y consolidándose como uno de los pilares del equipo. Sin embargo, los problemas del club lo llevaron al final de la tabla de la Premier League, lo que llevó al despido del entrenador Gary O’Neil, sólo un día antes de la acusación de Cunha.
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Si es declarado culpable, Cunha enfrenta una posible suspensión, lo que se sumará a las sanciones de los Wolves. La FA le dio hasta el jueves para responder a la acusación.
Para empeorar las cosas esa tarde, el compañero de Cunha, Rayan Ait-Nouri, también recibió una tarjeta roja tras el pitido final, lo que puso de relieve el ambiente tenso y las emociones a flor de piel tras el gol de la victoria del Ipswich en los momentos finales.
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