“Kirillov era un criminal de guerra y un objetivo completamente legítimo porque ordenó el uso de armas químicas prohibidas contra el ejército ucraniano”, continuó la fuente.
El SBU había acusado oficialmente a Kirillov la víspera de un “crimen de guerra” por haber ordenado, según Kiev, el uso de armas químicas contra las tropas ucranianas en el este y el sur de Ucrania. Afirmaciones que la AFP no pudo verificar.
Según un periodista de la AFP presente en el lugar, la explosión rompió las ventanas de varios apartamentos y se desplegaron grandes cordones policiales a su alrededor.
La entrada al edificio resultó gravemente dañada.
“Se ha abierto una investigación criminal sobre el asesinato de los dos soldados en Moscú”, afirmó el comité de investigación, añadiendo que los investigadores están en proceso de establecer “todas las circunstancias” de los hechos.
“En Moscú se ha cometido un crimen sin precedentes”, reaccionó el diario ruso Kommersant en su página web.
El general Kirillov “no era el líder del participante más importante en la operación especial rusa” en Ucrania, considera el periódico. “Pero fue él quien habló, durante sus sesiones informativas, sobre los laboratorios estadounidenses de armas biológicas en Ucrania”, de lo que Moscú acusó a Washington, recuerda Kommersant, afirmando que los servicios especiales ucranianos estaban detrás de este asesinato.
Sancionado por “despliegue de armas químicas bárbaras en Ucrania”
La portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova, deploró en Telegram la pérdida de un general “intrépido”, que nunca se escondió a espaldas de los demás, luchando “por la Patria y por la verdad”.
Por su parte, el vicepresidente del Consejo de la Federación, la cámara alta del Parlamento ruso, Konstantin Kosachev, prometió en Telegram que “los asesinos serán castigados. Sin duda y sin piedad”.
Igor Kirillov, en el cargo desde abril de 2017, fue sancionado en octubre por el Reino Unido por “desplegar armas químicas bárbaras en Ucrania”.
Las autoridades rusas han rechazado repetidamente estas acusaciones, calificándolas de “absurdas”.
Desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, se han registrado más de 4.800 casos de uso de “municiones químicas” por parte del ejército ruso, indicó el SBU en un comunicado de prensa.
En la mayoría de los casos se trata de granadas con sustancias tóxicas que tienen efectos irritantes, que las fuerzas rusas lanzaron, según Kiev, contra posiciones ucranianas para obligar a los soldados a situarse frente al fuego ruso, según la misma fuente.
Según el SBU de Ucrania, “más de 2.000 militares” de Ucrania tuvieron que ser hospitalizados con diversos grados de intoxicación química durante el mismo período.
¿Putin también apuntó?
El lunes, el presidente ruso, Vladímir Putin, hizo balance de los combates de 2024 en Ucrania, durante una reunión con responsables del Ministerio de Defensa, saludando el ritmo del avance de sus tropas y teniendo “la iniciativa” en todo el frente al final de este “punto crucial”. año”.