En Malí, un gran grupo extranjero dedicado a la extracción de oro anuncia que está frente al muro.
En efecto, la empresa canadiense Barrick Gold, propietaria de la mayor mina de oro de Malí, Loulo-Gounkoto, indicó este lunes 16 de diciembre de 2024 un posible bloqueo de sus exportaciones por parte de las autoridades del país.
Recordemos que el conflicto entre ambos actores se viene gestando desde hace varios meses.
Su origen se debe a una auditoría que revela un déficit considerable para el Estado maliense, estimado entre 300 y 600 mil millones de francos CFA.
Ante estas conclusiones, el gobierno exige a Barrick Gold el reembolso de aproximadamente 500 millones de dólares, una cantidad que la empresa cuestiona enérgicamente.
La tensión alcanzó su punto máximo con el encarcelamiento de cuatro ejecutivos malienses de Barrick en noviembre, seguido de la emisión de una orden de arresto contra Mark Bristow, director ejecutivo del grupo.
La empresa denuncia “acusaciones infundadas” y “Reclamaciones fiscales y aduaneras infundadas”al tiempo que advierte de una posible suspensión de sus operaciones si continúa el bloqueo de las exportaciones.
Esta situación contrasta marcadamente con la actitud de otros actores importantes del sector. B2Gold, Allied Gold y Resolute Mining ya acordaron pagar colectivamente más de 200 millones de dólares al estado de Malí, cumpliendo al mismo tiempo con el nuevo código de minería.
Este texto refuerza significativamente la participación del Estado en las explotaciones mineras y debería generar ingresos anuales adicionales de 500 mil millones de francos CFA.
Hay mucho en juego económico para Malí. La mina Loulo-Gounkoto, con una producción anual de alrededor de 700.000 onzas de oro en 2023, representa una contribución superior a los mil millones de dólares a la economía local.
Por lo tanto, una suspensión de las operaciones podría afectar gravemente a las perspectivas económicas del país.
A pesar del anuncio de un acuerdo a finales de septiembre, rápidamente desmentido por el gobierno maliense que acusó a Barrick de incumplimiento de los compromisos asumidos, no parece surgir ninguna solución.
La renovación del permiso de funcionamiento prevista para 2026 podría incluso verse comprometida, según las autoridades malienses.