¡Otra decepción para todo un país, para todo un pueblo! La ceremonia de los Premios CAF 2024, celebrada este lunes en Marrakech y destinada a homenajear a los mejores talentos del fútbol africano, ha vuelto a provocar indignación.
La concesión del Balón de Oro africano a la nigeriana Ademola Lookman en detrimento del indiscutible Achraf Hakimi es, cuanto menos, impactante, pero sobre todo reveladora.
A estas alturas es legítimo preguntarse si la participación de Marruecos en los Premios CAF es únicamente la de organizarlos. ¿A nosotros los bellos discursos y a otros los premios?
La no designación de Achraf Hakimi, cuyo talento y actuaciones son reconocidos internacionalmente (excepto en África aparentemente), remite a otra decepción, a otro atraco ocurrido el año pasado en el mismo escenario y con los mismos actores: CAF y sus comisiones, que hasta el punto de inventar un premio, el del mejor portero, para no conceder el Balón de Oro a un tal Yassine Bono, que ya no necesita ser presentado. Este gesto generó preguntas: ¿por qué inventar un trofeo en lugar de simplemente reconocer su mérito?
Ya nominado en 2023, Hakimi no asistió a la ceremonia y todos dijimos que SABÍA que no iba a ser nominado. Pero este año estuvo allí, hizo el viaje con su familia e incluso estuvo acompañado por su presidente en el PSG, Nasser Al-Khelaïfi. Lo vimos como una buena señal, nos dijimos que este momento podría ser el indicado. ¡No!
Nos preguntamos ¿qué criterios de selección no cumplió el internacional marroquí?
Un defensor de talla mundial, tuvo un año simplemente excepcional en 2024. Con el Paris Saint-Germain fue uno de los principales impulsores del equipo, ofreciendo brillantes actuaciones en la Liga de Campeones y en el campeonato. Su papel no se limitó a defender: sus ataques certeros, sus goles decisivos y su capacidad para influir en el juego lo convirtieron en un jugador completo e imprescindible.
En selección, Hakimi sigue deslumbrando. Si solo habláramos de su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde estuvo magistral, liderando a un equipo joven y atractivo hasta la medalla de bronce, muy pocos jugadores podrían presumir de tales logros en un solo año.
Ademola Lookman, por su parte, hizo una buena temporada en el Atalanta Bergamo, marcando goles importantes en la Serie A. Pero sus actuaciones están lejos de igualar las de Hakimi. Ni su impacto en el juego ni su contribución justifican este premio.
Incluso el público presente en el salón de ceremonias expresó su indignación cantando ‘Hakimi’. Hakimi’, en el momento de la entrega del trofeo. Pero ¡ay, la historia no recuerda esto!
La frustración es grande, la decepción también, pero la pregunta sigue siendo: ¿Cuáles son los criterios de votación?
El récord del Balón de Oro africano, y antes el que concedió el fútbol francés hasta 1994, es muy elocuente: en 56 ediciones (si excluimos las de 2020 y 2021 no organizadas debido al Covid), sólo 10 jugadores del Norte Los africanos ganaron el trofeo.
No hablaremos (o casi) de discriminación, pero es hora de revisar la forma de votar, y de ver quién votará, y sobre qué base votar…, porque está claro que lo extradeportivo está muy presente.
Estas repetidas injusticias realmente dan la impresión de que la CAF está explotando a un país que ha invertido masivamente en su infraestructura, organizando grandes eventos y salvando a la Confederación Africana de muchas situaciones embarazosas y, sin embargo, los honores parecen reservados sistemáticamente para otros. Si la CAF continúa ignorando la excelencia marroquí, corre el riesgo de perder credibilidad y legitimidad, ¡si es que no lo ha hecho ya!
Achraf Hakimi, como Yassine Bono antes que él, merecía este Balón de Oro africano. Al negarle esto, la CAF no sólo defraudó a un jugador, sino que también perdió la oportunidad de celebrar verdaderamente la excelencia africana.