Las empresas europeas tampoco pueden comerciar con barcos que transporten petróleo ruso comprado a más de 60 dólares el barril. El objetivo es, por supuesto, golpear a Moscú en el bolsillo. Sin embargo, para eludir la medida, los dirigentes rusos recurren a una flota fantasma, a barcos no registrados y no autorizados, no visibles en los radares, que transportan mercancías prohibidas (petróleo, armas, cereales robados, etc.). Veintisiete de estos buques ya habían sido identificados y sancionados. El lunes, otros 52 fueron incluidos en la lista negra, prohibiéndoles efectivamente anclar en puertos europeos y hacer negocios con empresas europeas.
La flota rusa “fantasma” debe desafiar a la UE: “Es como un juego del gato y el ratón”
Seis empresas chinas en la lista negra
En la lista también figuran 54 personas y 30 empresas declaradas culpables de realizar actividades contrarias al respeto de la integridad y la soberanía de Ucrania. Sus activos han sido congelados y el movimiento de personas prohibido dentro de la UE. Se trata principalmente de empresas rusas dedicadas a la fabricación de drones, sistemas electrónicos u otros componentes destinados al ejército, y directivos del sector energético. Por primera vez en dos años y medio, la Unión Europea también adoptó medidas contra un ciudadano chino y contra seis empresas que, entre otras cosas, habían suministrado componentes electrónicos a la industria militar rusa. También están en la mira dos ciudadanos norcoreanos, así como empresas con sede en Irán, India, Serbia y los Emiratos Árabes Unidos.
Finalmente se adoptó otro paquete de medidas para sancionar a las personas y organizaciones responsables de llevar a cabo operaciones de desestabilización orquestadas por Rusia. Se trata en particular de la “Unidad GRU 29155”, una unidad secreta de la inteligencia militar rusa, conocida por su participación en asesinatos, atentados, ciberataques y otras acciones desestabilizadoras en el extranjero.