¿La Libia del mariscal Haftar emerge fortalecida tras la caída del régimen de Assad en Siria? Ésta es la pregunta que surge, dado el riesgo que corren los rusos de perder sus bases militares en Siria. ¿Habrá pronto una base naval rusa en Tobruk? El gran experto en Libia Wolfram Lacher es investigador del Instituto Alemán para Asuntos Internacionales y de Seguridad. RFI le preguntó primero si, tras la pérdida de su aliado sirio, los rusos no iban a volverse aún más hacia el mariscal Haftar.
RFI: Wolfram Lacher, si los rusos pierden su punto de apoyo en Siria, ¿no se volverán aún más hacia la Libia del mariscal Haftar?
Wolfram Lacher: Probablemente lo intentarán, pero ¿podrán hacerlo? ¿Permitirá Haftar que los rusos refuercen su presencia en Libia? Esta es una pregunta, porque hemos visto a lo largo de los últimos años que Haftar siempre ha tratado de hacer malabarismos con varios socios extranjeros y nunca hacerse dependiente exclusivamente de un Estado.
En el territorio libio controlado por el mariscal Haftar, los rusos tendrían instalaciones en cuatro bases aéreas: al-Qadeer, al-Joufra, Ghardabiya y Brak ak-Shati. Pero, ¿pueden los jumbos rusos llegar a Libia sin detenerse en el camino para repostar combustible?
Probablemente dependa de los espacios aéreos que puedan cruzar. Sin embargo, el año pasado observamos que pueden cruzar el espacio aéreo turco, por ejemplo. Pero es muy posible que, si Rusia perdiera la base aérea en Siria, eso complicaría la logística y el reabastecimiento para la presencia rusa en Libia y más al sur de África.
En cuanto a los buques de combate, si los rusos pierden su base naval en Tartus, Siria, ¿podrán retirar sus barcos a un puerto libio?
Por eso los rusos llevan varios años intentando establecer una base naval en el este de Libia. Hasta ahora, Haftar y sus hijos nunca han accedido a esta solicitud porque saben que podría romper sus relaciones con las potencias occidentales. Ahora, la situación actual en la que tanto Rusia como Estados Unidos y otros países de la región -es decir, los Emiratos Árabes Unidos, los egipcios, todos- están tratando de mantener buenas relaciones con Haftar, es una situación muy cómoda para Haftar y, por lo tanto, Pienso que, para Haftar, no habría necesidad de ofrecer ahora territorio libio a los rusos y depender exclusivamente del apoyo ruso y cortar sus relaciones con los países occidentales.
Al parecer, el mariscal Haftar y Vladimir Putin se llevan bien. Se vieron en Moscú el pasado mes de septiembre. ¿Pero es el mariscal libio un aliado tan confiable como lo fue el dictador sirio Bashar al-Assad?
Puede que no sea fiable en el sentido de que siga las directivas que intentaríamos darle, pero Haftar necesita esta presencia militar rusa porque la función de protección contra posibles ataques, posibles ofensivas de las fuerzas en Tripolitania, esta función protectora que el Si Rusia tiene presencia militar, es difícil ver que otra potencia extranjera reemplace a Haftar. Por eso, la relación entre Haftar y Rusia es mutuamente beneficiosa. Ambos necesitan mantener esta relación.
Desde hace seis meses, el mariscal Haftar, de 81 años, prepara su sucesión. Destaca a uno de sus hijos, Saddam. El pasado mes de junio, cuando Saddam Haftar viajó a Yamena, el presidente chadiano le pidió que pusiera en cobertura a los rebeldes de Chadian Fact, cuya última ofensiva en 2021 le había costado la vida a Idriss Déby. ¿Cree que el clan Haftar respondió a la petición del régimen chadiano?
Sí, efectivamente. Desde hace unos dos años existe una cooperación bastante estrecha. Hubo detenciones de líderes rebeldes, incluso dentro de Fact, que fueron entregados al régimen chadiano. Y que yo sepa, Fact ya no tiene presencia como fuerza en territorio libio en este momento.
¿Y el hecho de que hoy ya no pueda lanzar una nueva ofensiva como en abril de 2021?
Hoy creo que no hay fuerzas rebeldes chadianas en territorio libio que sean capaces de lanzar una ofensiva similar. Por otra parte, habrá que ver si, con el hecho de que Francia retire sus fuerzas de Chad, no es un factor que pueda conducir a una nueva movilización de rebeldes chadianos que podrían así organizar nuevos grupos, ya sea en Darfur o en en otros lugares de los países que rodean Chad.