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El joven había alertado a sus hermanos mayores de que se había producido un incendio en su casa debido a la batería de una bicicleta eléctrica. No pudo salvarse a sí mismo, a diferencia del resto de su familia.
Las autoridades británicas han anunciado que han cerrado la investigación sobre la muerte del niño de 8 años, Luke Albiston O’Donnell. Este último perdió la vida el pasado mes de agosto, en la localidad de Birkenhead, un suburbio de Liverpool, tras un incendio provocado por la batería de una bicicleta eléctrica que se estaba cargando en la casa familiar.
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Según informes de los medios de Inglaterra, el joven murió oficialmente por hipoxia y envenenamiento por monóxido de carbono. Sin embargo, fue él quien logró alertar a su familia del peligro. Primero notó que la batería de litio de una bicicleta eléctrica que se cargaba en la sala de estar hacía un ruido muy extraño y advirtió a sus hermanos, Ethan, de 20 años, Harry, de 11, así como a su hermana Ava, de 10 años.
Momentos después, la batería se incendió. Ethan, Harry y Ava pudieron salvarse y escapar del alojamiento por una ventana abierta, a diferencia de Luke, que permaneció atrapado, según recuerda Correo diario. Finalmente pudo ser extraído y murió en el hospital unas horas después.
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Tras esta tragedia y el cierre de la investigación, las autoridades británicas insistieron en los riesgos relacionados con las baterías eléctricas que equipan a las bicicletas y scooters en particular. Sus incendios, además de fuego, producen vapores tóxicos que pueden resultar rápidamente mortales. En 2022 y 2023, nada menos que trece muertes estarán relacionadas con incendios provocados por baterías de litio en el Reino Unido.
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