París-Berlín vía Estrasburgo y Frankfurt: a partir del lunes 16 de diciembre, un tren directo realizará el viaje de ida y vuelta diariamente, en ocho horas (frente a una hora y media en avión). En cada tren se ofrecerán 444 plazas a partir de 60 euros en segunda clase, pero ya hasta finales de diciembre ya no habrá billete de menos de 100 euros. Sorprendentemente, los precios no siempre son los mismos en los sitios de Deutsche Bahn o SNCF: el París-Berlín del próximo martes, por ejemplo, se vende 44 euros más barato en el sitio del operador alemán.
Desde finales del año pasado, un tren nocturno ya conecta París con Berlín, pero el relanzamiento de esta línea es caótico. La conexión estuvo interrumpida durante tres meses, entre agosto y noviembre, debido a trabajos en ambos lados de la frontera. Con esta París-Berlín, habrá ahora 26 viajes diarios entre Francia y Alemania, después de Frankfurt-París, Múnich-París, París-Colonia o Frankfurt-Lyon-Marsella…
La Unión Europea quiere duplicar el tráfico internacional en Europa de aquí a 2030 y triplicarlo de aquí a 2050. Para ello, será necesario construir 20.000 kilómetros de líneas de alta velocidad en toda Europa (actualmente hay 11.300). Para atraer viajeros al ferrocarril, los operadores destacan el argumento ecológico: un viaje París-Berlín en tren emite 100 veces menos CO2 por pasajero que el mismo viaje realizado en avión.
Para facilitar los viajes, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha prometido un sistema único de reserva de billetes de tren para toda la Unión Europea. La idea ya fue mencionada durante su primer mandato pero no vio la luz. Los obstáculos son numerosos: cada país tiene sus propios equipos, regulaciones nacionales e infraestructura. Los trenes franceses circulan por la izquierda y los alemanes por la derecha. En España y Portugal las vías son más anchas que en el resto de Europa.
También es necesario armonizar la señalización, con el sistema europeo estandarizado llamado ERTMS. En Francia, sólo tres líneas están equipadas con él: Tours-Burdeos, París-Rennes y París-Estrasburgo. La SNCF está en proceso de instalar este sistema entre París y Lyon, pero es caro: 820 millones de euros.
A veces también hay tensiones entre los operadores. Eurostar, molesta por las obras en la red holandesa que están provocando retrasos, ha amenazado con dejar de circular sus trenes en los Países Bajos el próximo año. España, por su parte, acusa a Francia de frenar la llegada a París de su operador nacional, Renfe. En resumen: la liberalización del mercado ferroviario va por buen camino, pero aún está lejos de completarse.