“El primero en moverse es gay”: cuando un niño dice esta frase, todos a su alrededor se quedan helados para evitar perderse y ser objeto de burla o burla. Este desafío, popularizado en la red social TikTok desde hace aproximadamente un año, se ha extendido paralelamente en los patios de escuelas y universidades.
Pero bajo su aparente ligereza, el juego “estigmatiza la homosexualidad transformándola en un insulto”, denuncia Stop Homophobia en un comunicado de prensa. Transmite un “mensaje tóxico” que puede provocar “pérdida de autoestima, aumento del acoso e incluso problemas psicológicos graves, como la depresión”.
“Es sólo por diversión”
“Hacemos esto todo el tiempo”, admite Tom, un alumno de cuarto grado de París, con voz un poco avergonzada. El adolescente, sin embargo, niega cualquier homofobia: “es sólo por diversión”.
Apoyados contra la pared de su colegio del distrito 11 de París, un grupo de estudiantes de quinto grado confirma que la práctica es común en su establecimiento. “Todo el mundo lo juega”, explica Elías, quien dice ser consciente del carácter homofóbico de la práctica. “Hay algunos que dicen: ‘No me gustan los gays, así que el primero en mudarse es gay'”, dice el colegial.
Las asociaciones no se sorprenden por el fenómeno en un contexto en el que la homofobia sigue presente en las escuelas. “Hay todavía muchos testimonios de insultos, de pequeños insultos repetidos”, que son muy “desestabilizadores” para las jóvenes víctimas, describe Flora Bolter, codirectora del Observatorio LGBT+ de la Fundación Jean-Jaurès.
“Obra importante”
Si bien es fácil encontrar testimonios de jugadores en las redes sociales o en los establecimientos, la magnitud del fenómeno sigue siendo difícil de evaluar. Pero la mera existencia de tal desafío en los centros, aunque sea en unos pocos, “no es tolerable”, subraya Sophie Vénétitay, secretaria general del Snes-FSU, el primer sindicato de escuelas secundarias y superiores. “Esto confirma el alcance del trabajo por hacer en cuestiones de educación sobre la diferencia”.
Jean-Rémi Girard, presidente del sindicato Snalc (escuelas secundarias y superiores), coincide: “a veces también tenemos que concienciar a los estudiantes de que lo que dicen o hacen es hiriente y discriminatorio” porque reproducen comportamientos “sin pensar siempre” en sus significado y alcance. Un juego de este tipo puede, en particular, “repercutir en determinados estudiantes que se buscan a sí mismos y que se saben homosexuales”, subraya.
El respeto por los demás y la lucha contra la discriminación por orientación sexual deben abordarse en clase durante las sesiones de educación sexual. Desde 2001, la ley prevé al menos tres sesiones anuales en escuelas, colegios y escuelas secundarias, pero en la práctica es poco respetada.
“No es un juego, es un crimen”
Un programa de educación sobre la vida emocional, relacional y sexual (Evars), en preparación, tiene como objetivo responder a la ley, pero enfrenta la oposición de funcionarios electos de derecha y asociaciones conservadoras. El recorrido del proyecto dentro de las autoridades de Educación Nacional fue pospuesto debido a la renuncia del gobierno de Barnier.
“La homofobia no es un juego, es un crimen”, reaccionó en la red social la dimitida ministra de Educación, Anne Genetet “El programa que dirijo en el Ministerio de Educación Nacional, dedicado a la educación en la vida emocional, las relaciones y la sexualidad, debe ver la luz. » Las asociaciones que defienden a las personas LGBT+ también apuestan por una sensibilización a gran escala para combatir la homofobia entre los jóvenes.