Es posible que las amenazas de Donald Trump ya se extiendan más allá de la frontera con México. El miércoles 11 de diciembre, el Parlamento mexicano adoptó una reforma constitucional que prohíbe la producción, distribución y consumo sin receta de fentanilo, un potente opioide responsable de decenas de miles de muertes cada año en el vecino Estados Unidos.
El presidente electo republicano, que sucederá en enero a Joe Biden en la Casa Blanca, exigió a México tomar medidas drásticas contra el tráfico de fentanilo, amenazando con imponer aranceles aduaneros del 25%. “hasta que las drogas, especialmente el fentanilo, y todos los inmigrantes ilegales detengan esta invasión de nuestro país”.
Por 110 votos a favor y cinco en contra, el Senado mexicano dio luz verde a la iniciativa lanzada por la izquierda gobernante y ya aprobada la semana pasada por la Cámara de Diputados. El texto ahora debe ser validado por los Parlamentos de los treinta y dos estados de México. Esta reforma constitucional, que también prohíbe la producción, distribución y venta de cigarrillos electrónicos, pretende “proteger la salud de los mexicanos”.
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Donald Trump también acusa a China
En junio, la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, destacó que “El fentanilo y otros opioides sintéticos representan la gran mayoría” muertes por sobredosis en Estados Unidos, cuyo número ha superado el millón desde 2000. Sólo en 2023, esta sustancia provocó 70.000 muertes por sobredosis, según las autoridades estadounidenses.
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Washington dice que los cárteles mexicanos fabrican y venden fentanilo utilizando insumos de China. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, acusa a China de no hacer lo suficiente para impedir el tráfico de esta droga sintética, cincuenta veces más potente que la heroína y mucho más fácil y menos costosa de producir.
China, por su parte, sostiene que no existe tráfico ilegal de fentanilo entre su territorio y México, pero ha prometido reforzar los controles.
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