Lección de vida y muerte entre las hormigas rojas. Para contrarrestar el riesgo para la salud causado por los cadáveres infectados de sus compañeras hormigas, los insectos asignados a las funciones de funeraria reciben la cooperación excepcional de otras hormigas.
Ayuda mutua entre hormigas
“En la colonia existe ayuda mutua cuando el riesgo para la salud es mucho mayor”, explica Quentin Avanzi, estudiante de doctorado en biología en la Universidad Libre de Bruselas. Casi todo el mundo está dispuesto a cooperar, en lugar de dejar el trabajo sucio a una minoría de especialistas, a riesgo de una evacuación demasiado lenta.
Especie de hormiga roja común en el continente europeo, este insecto social contribuye a la vida de su colonia, que incluye varias reinas y hasta 2.500 obreras, especializándose en tareas como la cría de larvas o el aprovisionamiento del nido. El estudio publicado en la revista Open Science de la Royal Society británica identifica un grupo que desempeña el papel de empresario de pompas fúnebres, pero también aquellos que echarán una mano en caso de emergencia.
Un hongo llamado Beauveria bassiana
Para ello, los investigadores aprovecharon la vulnerabilidad de la hormiga, que es omnívora, a un hongo que se alimenta de los cadáveres de los pequeños insectos de los que se alimenta. Este hongo, Beauveria bassiana, es un patógeno “muy general”, que mata a su huésped depositando esporas en su caparazón, que germinarán y perforarán esta caparazón, antes de desarrollarse “comiéndose todo el interior” de su víctima, describe el investigador.
Desde hace mucho tiempo, las hormigas pueden identificar un cadáver infectado de esta forma, que está cubierto de una especie de moho, la muscardina blanca. La cuestión es deshacerse de él.
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