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El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, rechazó el miércoles las acusaciones de Teherán de un “complot estadounidense-israelí” que condujo al derrocamiento de Bashar al-Assad por parte de rebeldes islamistas en Siria. Katz dijo que Irán debe responsabilizarse por la caída de su aliado estratégico.
Denuncian “manipulación iraní”
Durante una visita a la frontera jordana con comandantes militares, Katz acusó a Irán de intentar establecer un “frente oriental” contra Israel en la vecina Jordania. Prometió que este intento sería impedido. Según un comunicado emitido por su oficina, Katz respondió a las declaraciones del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, quien dijo más temprano ese día que la caída de Assad fue “producto de una conspiración conjunta entre los Estados Unidos e Israel”. Jamenei también había culpado a un “estado vecino” no especificado.
Katz respondió diciendo que Jamenei “debería asumir la responsabilidad” y dejar de financiar a grupos armados “en Siria, Líbano y Gaza” en un esfuerzo por “derrotar al Estado de Israel”. Llamó a los esfuerzos de Irán por construir “tentáculos de pulpo” contra Israel.
Prevención de amenazas fronterizas
El ministro advirtió contra los intentos de Irán de transferir armas a Cisjordania, territorio ocupado por Israel, fronterizo con Jordania. Katz también anunció que había ordenado al ejército israelí “intensificar las operaciones ofensivas contra cualquier actividad terrorista” en Cisjordania y “acelerar la construcción de la valla” a lo largo de la frontera entre Israel y Jordania.
Assad y el “Eje de la Resistencia”
Bajo el régimen de Assad, Damasco constituyó un vínculo estratégico en el “Eje de Resistencia” de Irán contra Israel. Este eje facilitó notablemente las transferencias de armas a Hezbollah en el Líbano, un antiguo aliado de Teherán. Además de Hezbollah, Irán apoya a otros grupos en la región, como Hamás en la Franja de Gaza, los rebeldes hutíes en Yemen y varias milicias chiítas en Irak.
Reacciones israelíes al derrocamiento de Assad
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, celebró la caída de Bashar al-Assad, que se produjo tras una ofensiva relámpago de los rebeldes que comenzó a finales de noviembre. Netanyahu calificó el evento como “la caída de un eslabón central en el eje del mal de Irán”. Lo atribuyó directamente a “los golpes que hemos asestado a Irán y a Hezbollah”, implicados en el conflicto contra Israel hasta el alto el fuego del 27 de noviembre.
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