Durante casi dos meses, alternando la ebullición (victorias contra Limoges y Estrasburgo en la Copa de Francia, Blois y Roanne en el campeonato) y la helada (derrotas en Reims, Chartres, Caen y Orleans en el Palais), el ‘Élan Logró la actuación de enviar descaradamente a sus seguidores a navegar por todo el rango emocional.
Esto puede tener su encanto, pero a fuerza de transformar la curva de sus resultados en una montaña rusa, los Palois torturan sus propios nervios al mismo tiempo que los de sus seguidores en una búsqueda desesperada de una consistencia que permita al equipo encontrar una forma más Clasificación honorífica en la primera mitad del ranking, el mínimo cuando el objetivo marcado por la dirección es siempre el Top 4 final.
A un tercio del campeonato, estamos muy lejos de ello para un equipo que ha transformado el Palacio de Deportes en un salón donde los visitantes casi sólo tienen que agacharse para salir con la victoria. La noche de este viernes fue la quinta en ocho apariciones, la tercera consecutiva, siempre con esta sensación de desperdicio.
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despertar de repente
Después de haber desgastado el dicho “fuerte contra el más fuerte, malo contra el supuestamente más débil”, Elan, contra el ascendido Varois, lo volvió a hacer en una versión XXL, sintetizando en un mismo partido todos los males que le corroen desde entonces. Octubre. En la calle, en el minuto 27, cuando el marcador iba perdiendo por 19 puntos (43-62), el equipo encontró de repente todas sus virtudes para iniciar una persecución que acabó a una posesión de un atraco en casa que, seamos sinceros, Habría sido muy cruel para los valientes visitantes.
“Bis repetita, bis repetita, bis repetita”, comenzó Mickaël Hay en sus comentarios posteriores al partido. “Aunque Toulon tuvo su partido, el nuestro resume nuestra temporada. Durante 28 minutos luchamos contra nosotros mismos en nuestras actitudes. El público lo entendió bien y nos pitó. Y luego, en los últimos 12 minutos, hacemos cosas juntos, sin segundas intenciones, y todo va bastante bien. »
Una observación implacable que el capitán Gaylor Curier repitió con palabras aún más fuertes. “Nos estamos disparando en el pie. Es la imagen de nuestra temporada, incomprensible, resume el extremo. Somos capaces de hacer cosas extraordinarias o no muy lejos en cuanto a reparto e intensidad, ¡y también capaces de ni siquiera iniciar partidos! No entiendo. No le disparo a nadie, estoy en el grupo. Pero es difícil explicar esta falta de vida, cada vez es una ruleta rusa, no sabemos lo que nos vamos a encontrar”, admite como si un virus colectivo atacara al grupo al azar.
“Cansado de sacar siempre las mismas conclusiones”
“Es una locura porque cuando somos intensos y compartimos, cuando nos animamos unos a otros, no mucha gente puede detenernos. Llevamos grandes semanas de entrenamiento y luego puede haber una ausencia total. Es el yo-yo perpetuo en este campeonato tan denso. Y si no tenemos esa coherencia, nos van a devorar”, promete Curier, que intenta encontrar las claves para poner fin a este estado que se acerca a la esquizofrenia colectiva.
“Depende de nosotros encontrar las rutinas correctas, las discusiones correctas de manera consistente para abordar los partidos de la manera correcta. Hay días que todo está bien, estamos en ello, otros en los que es un completo agujero de aire. Estoy cansado de sacar siempre las mismas conclusiones. »
“Sí, son cosas que se repiten. Cuando nos unimos desde el principio, siempre logramos la victoria”, asegura Hay. Pero nunca sé qué cara tendrá mi equipo cuando empiece el partido. »
La posibilidad de un cambio en la plantilla, mencionada por el técnico antes del viaje a Gries, sigue siendo necesariamente relevante. Obviamente pensamos en la posición de creador de juego titular que ocupa Keshun Sherrill, que lucha por ponerse el traje de general, bastón en mano, y que anoche terminó con 3 puntos y 4 asistencias y un control ridículo sobre el partido y sus compañeros. “Keshun es un problema entre otros”, reconoce su entrenador, “como aquellos que invierten más en un lado que en el otro. Ponemos muchas excusas pero el nivel intrínseco es insuficiente, hay que saber mirarse al espejo. »
Los Palois tienen una semana para encontrar un espejo antes de recibir al Evreux, otro mal clasificado que llegará a Bearn con una idea más que precisa en mente.