El documento presentado por Ottawa muestra que el Gobierno canadiense intenta desde hace años gestionar el Ártico en cooperación con otros Estados y preservarlo de cualquier lucha militar.
“Sin embargo, las salvaguardias que previenen los conflictos se ponen cada vez más a prueba”, afirmó Mélanie Joly, ministra canadiense de Asuntos Exteriores, durante una rueda de prensa.
“El Ártico ya no es una región de baja tensión”, añadió, acusando a Rusia de tener planes para la región y de agravar las rivalidades geopolíticas.
El Ministro destaca los esfuerzos coordinados en el Extremo Norte entre Rusia y China, que también busca ejercer una mayor influencia en la región.
El Ártico se está calentando hasta cuatro veces más rápido que el resto del mundo y esto abre nuevas oportunidades para el transporte marítimo y la exploración de recursos como petróleo, gas y minerales.
El creciente acceso al Ártico aumenta los desafíos de seguridad, dijo el viernes el ministro de Defensa canadiense, Bill Blair.
El plan estratégico de Canadá exige fortalecer las capacidades militares para “realizar y apoyar operaciones en el Ártico”.