La inflación volvió a caer ligeramente en junio en la zona del euro, pero no lo suficiente como para convencer al Banco Central Europeo (BCE) de acelerar la reducción de sus tipos de interés ante el lento crecimiento. La subida de los precios al consumo se desaceleró hasta el 2,5% interanual, tras el 2,6% de mayo, en los 20 países que comparten la moneda única, gracias a la caída de los precios de los alimentos y de la energía, según las cifras publicadas el martes 2 de julio por Eurostat.
De este modo, la inflación vuelve a acercarse al objetivo del 2% fijado por el BCE, tras haberse alejado de él el mes anterior. En conjunto, el aumento de los precios al consumo en la zona del euro se ha más que dividido por cuatro desde el récord del 10,6% anual alcanzado en octubre de 2022, en medio del aumento energético en el contexto de la guerra en Ucrania.
Paseo lleno de baches. Pero el camino promete ser accidentado en los próximos meses: el indicador debería fluctuar antes de alcanzar el objetivo del 2% sólo en el segundo semestre del próximo año, según las previsiones del BCE y la Comisión Europea. Suficiente para convencer a la institución monetaria de no acelerar la flexibilización monetaria en curso, después de una primera reducción de sus tipos oficiales anunciada el 6 de junio.
Los economistas cuentan ahora con que los tipos se mantendrán en la próxima reunión del Consejo de Gobierno del BCE el 18 de julio, antes quizás de un nuevo recorte el 12 de septiembre. “No descansaremos hasta que se gane el partido y la inflación no haya vuelto al 2%”, advirtió el lunes la presidenta del banco central, Christine Lagarde. “Nuestro trabajo no ha terminado y debemos permanecer vigilantes”, añadió.
“Enfoque muy cauteloso”. “Ya parecía poco probable que el BCE recortara las tasas de interés en su reunión de julio, y los datos de inflación de junio reforzarán el enfoque muy cauteloso de sus líderes”, comentó Jack Allen-Reynolds de Capital Economics. En junio, la caída de la inflación de 0,1 puntos estuvo en línea con las previsiones de los analistas de Factset y Bloomberg. Pero llega tras un aumento de 0,2 puntos el mes anterior.
La inflación subyacente, es decir, corregida en función de la volatilidad de los precios de la energía y los alimentos, especialmente vigilada por los mercados financieros y el BCE, se mantuvo estable durante un mes en el 2,9%, según la Oficina Europea de Estadística. El consenso de analistas preveía un ligero descenso hasta el 2,8%.
Inflación de servicios. El ligero descenso de la inflación en junio se explica por una desaceleración del aumento de los precios de 0,1 puntos tanto para los alimentos (incluidos el alcohol y el tabaco), hasta el 2,5% en un año, como para la energía, hasta el 0,2%. Sin embargo, la inflación de los precios de los servicios y los bienes industriales se mantuvo estable en comparación con mayo, en el 4,1% y el 0,7%, respectivamente, en un año. “A pesar de la caída de la inflación general, la persistencia de una elevada inflación de los servicios dará dolores de cabeza al BCE”, estimó Riccardo Marcelli Fabiani de Oxford Economics.
Para frenar la inflación, el BCE había aumentado los costos de endeudamiento a un ritmo sin precedentes a partir de julio de 2022. El 6 de junio, comenzó a bajar sus tipos clave, ofreciendo un ligero soplo de aire fresco para aliviar las tensiones sobre el crédito inmobiliario y los préstamos comerciales. Como referencia, el tipo de interés sobre los depósitos del 4%, el máximo alcanzado el pasado mes de septiembre, se redujo al 3,75%.
Dentro de la zona del euro, el mayor aumento de precios en junio se registró en Bélgica (5,5%), donde los salarios están indexados a la inflación, por delante de Croacia y los Países Bajos, ambos con un 4,4% en un año. La inflación alcanzó el 2,5% tanto en Francia como en Alemania, mientras que Italia (0,9%) y Finlandia (0,6%) registraron las cifras más bajas, según datos armonizados de Eurostat.
Daniel ARONSSOHN
© Agencia France-Presse
