Este aplazamiento del aumento de la producción de crudo, fijado ahora para abril de 2025, prolonga una estrategia de reducción de la oferta iniciada en 2023. Objetivo: aumentar los precios del petróleo en bolsa y, por tanto, recuperar más dinero.
La OPEP+ ante un mercado petrolero altamente fluctuante
Durante más de un año, la OPEP+ ha estado intentando estabilizar los precios del petróleo limitando la oferta. El último ajuste al cronograma de producción refleja una realidad económica incómoda: el mercado global está saturado y la demanda no crece como se esperaba. Al posponer el aumento de la producción hasta abril de 2025, la OPEP+ busca evitar un colapso de los precios, al tiempo que insinúa una lenta reintroducción de los volúmenes a lo largo de 18 meses.
No es la primera vez que el cartel del oro negro actúa de esta manera. Inicialmente previsto para octubre de 2024, el aumento de la producción se pospuso por primera vez hasta enero de 2025. A partir de ahora, los 2,2 millones de barriles diarios que deben reintroducirse progresivamente se extenderán hasta septiembre de 2026, con incrementos mensuales de 120.000 barriles y sólo a partir de abril de 2025. Y sólo si la OPEP+ no revierte su decisión para entonces.
En bolsa, los efectos sobre los precios del petróleo son contradictorios
Los efectos de esta decisión se sintieron rápidamente en los mercados, pero no como esperaba la OPEP+. Mientras el cártel quiere aumentar el precio del petróleo, el precio del barril de Brent cayó ligeramente, cerrando en 72,09 dólares el 5 de diciembre, mientras que el WTI americano cayó a 68,30 dólares.
Para los principales actores petroleros como Arabia Saudita y Rusia, estas decisiones son sobre todo un medio para preservar sus ingresos. Riad, en particular, depende de los altos precios del petróleo para financiar su ambicioso plan de transformación económica Visión 2030. Pero esta estrategia no deja de crear tensiones en el seno de la OPEP+: algunos miembros, como los Emiratos Árabes Unidos, expresan una creciente frustración ante las cuotas consideradas demasiado restrictivas.
¿Hacia un aumento de los precios de los combustibles y la energía?
Más allá de los precios del petróleo, estos ajustes de la OPEP+ tienen implicaciones más amplias para la economía global. Los países consumidores, particularmente en Europa y Asia, se benefician en el corto plazo de la estabilidad de precios. Sin embargo, la prolongada reducción de la oferta podría agravar las presiones inflacionarias sobre productos derivados, como combustibles o productos petroquímicos.
Estados Unidos, por su parte, está aplicando una política energética agresiva, alcanzando niveles récord de producción de petróleo crudo. Esta competencia, combinada con la expansión de la producción canadiense y argentina, limita el impacto de los recortes de la OPEP+ en los precios mundiales. Al mismo tiempo, la demanda sigue siendo incierta, especialmente en China, donde las previsiones económicas siguen revisándose a la baja.
OPEP+: una alianza bajo presión
La OPEP+, que reúne a 23 países productores de petróleo, enfrenta crecientes desafíos internos. Si bien Arabia Saudita y Rusia desempeñan un papel central en las decisiones estratégicas, algunos miembros expresan su desacuerdo. Irak y Kazajstán, por ejemplo, han sido criticados por producir en exceso en 2024, lo que llevó a ajustes obligatorios. Estas tensiones internas reflejan una divergencia de intereses entre los grandes productores, que buscan maximizar sus ingresos, y los más pequeños, que dependen más de grandes volúmenes para sostener sus economías. Esta fragilidad estructural plantea la cuestión de la sostenibilidad de la OPEP+ como alianza unificada.
En el corto plazo, la estrategia de la OPEP+ garantiza una relativa estabilidad de precios, evitando fluctuaciones repentinas que podrían desestabilizar los mercados financieros. Pero esta política se basa en cimientos frágiles. Por un lado, la creciente dependencia de Arabia Saudita y Rusia expone a la alianza a presiones geopolíticas. Por otro lado, alienta a los consumidores a explorar alternativas energéticas, lo que podría acelerar la transición a la energía renovable.
Petróleo: ¿hacia el fracaso de la OPEP+?
La Agencia Internacional de Energía (AIE) también ha advertido que incluso si se mantienen los recortes de la OPEP+, la oferta global podría superar la demanda en más de un millón de barriles por día en 2025. Este desequilibrio estructural limita la eficacia de los esfuerzos del cártel.
La OPEP+ necesitará demostrar una gran flexibilidad para adaptarse a los desafíos futuros. El auge de las energías alternativas, las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y las políticas energéticas de grandes economías como Estados Unidos y China serán factores determinantes. Por ahora, la estrategia de la OPEP+ parece contener los riesgos inmediatos. Pero ¿cuánto tiempo podrá mantenerse este enfoque en un mundo que cambia rápidamente?