Las cuatro de la madrugada del miércoles 27 de noviembre de 2024. El terrorífico concierto que mezcla bombardeos y zumbidos incesantes de drones se detiene en el Líbano, dando paso a un silencio salvador. La víspera, el gabinete de seguridad del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aprobó un alto el fuego con Hezbolá. Ocho días antes, un avión aterrizó en el aeropuerto internacional Rafic Hariri de Beirut, la capital libanesa. A bordo, uno de los hombres clave de las negociaciones: el diplomático estadounidense Amos Hochstein.
Con corbata morada a juego con la de su interlocutor privilegiado en el Líbano, el presidente del Parlamento, Nabih Berri, el emisario especial de Joe Biden se presenta relajado, como de costumbre, el 19 de noviembre, durante una nueva visita al país. Está a punto de dar un paso más hacia la conclusión de un alto el fuego entre Israel y Hezbolá.
Al llegar el mismo día a la capital libanesa, el enviado especial estadounidense Amos Hochstein se reúne con el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri (derecha), con el objetivo de poner fin a la guerra entre Israel y Hezbollah, el 19 de noviembre de 2024, en Beirut. | AFP
El conflicto, que comenzó el día después del ataque de Hamás el 8 de octubre de 2023, que provocó el desplazamiento de casi un millón de libaneses y 60.000 israelíes del norte del Estado judío, se convirtió en una guerra abierta en septiembre de 2024 tras una importante ofensiva israelí en Líbano, que destruyó el mando de la organización islamista chiíta.
A finales de octubre, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, volvió a marcharse con las manos vacías de su undécima visita a Oriente Medio. Al lograr la firma de un acuerdo para detener las hostilidades en el Líbano, Amos Hochstein logró un auténtico tour de force diplomático.
Un exsoldado de las FDI nacido en Jerusalén
Su éxito en estas negociaciones…
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