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Después de más de un año de intenso conflicto entre Israel y Hezbollah, el ministro de Salud libanés, Firas Abiad, reveló el miércoles un trágico costo humano. Según sus declaraciones, este conflicto provocó 4.047 muertos y 16.638 heridosla mayoría de las muertes se registraron desde el 15 de septiembre. Estas cifras, anunciadas una semana después de la entrada en vigor de un alto el fuego, subrayan la magnitud de las pérdidas humanas y la gravedad de la situación en el Líbano.
Firas Abiad dijo que el número real de víctimas podría ser incluso mayor debido a las muchas muertes no reportadas en las regiones más afectadas, donde el acceso a la infraestructura es limitado.
Las causas y evolución del conflicto
El conflicto entre Israel y Hezbollah, que comenzó hace más de 13 meses, ha sumido al Líbano en una crisis humanitaria sin precedentes. Los enfrentamientos estuvieron marcados por ataques israelíes contra posiciones militares de Hezbolá, pero también causaron destrucción en zonas civiles densamente pobladas. Estos intensos bombardeos, combinados con réplicas esporádicas de Hezbolá, han exacerbado una situación ya crítica en un Líbano sumido en una grave crisis económica y política.
Desde septiembre, las hostilidades se han intensificado, aumentando significativamente el número de víctimas civiles. Los ataques aéreos, particularmente concentrados en el sur del Líbano y los suburbios del sur de Beirut, han obligado a decenas de miles de personas a huir de sus hogares, empeorando la crisis de los desplazados internos.
El impacto humanitario
El saldo humano de 4.047 muertos y 16.638 heridos, anunciado por el Ministro de Sanidad, ilustra una situación desastrosa a nivel humanitario. Muchas infraestructuras críticas, como hospitales y clínicas, han resultado dañadas o destruidas, lo que complica el acceso a la atención de los heridos. La destrucción de carreteras y puentes también ha obstaculizado las operaciones de socorro y el suministro de ayuda humanitaria.
Las regiones rurales, a menudo aisladas, se ven especialmente afectadas. Según el ministro, las muertes no declaradas proceden en gran medida de estas zonas, donde los equipos de rescate luchan por intervenir. Estos obstáculos logísticos, sumados a un sistema de salud ya debilitado por años de falta de financiación, hacen que la situación sea crítica.
El papel del alto el fuego
La entrada en vigor de un alto el fuego la semana pasada ofreció un rayo de esperanza para los libaneses. Este respiro en las hostilidades permite a las organizaciones humanitarias desplegar esfuerzos de socorro en las zonas más afectadas. Sin embargo, los desafíos son inmensos: reconstruir la infraestructura, atender a los heridos y brindar apoyo psicológico a los sobrevivientes requerirá recursos considerables.
El gobierno libanés también pidió asistencia internacional para ayudar con la reconstrucción y recuperación de las zonas de desastre. Sin embargo, las divisiones políticas internas y la desconfianza de los donantes internacionales hacia las instituciones libanesas podrían complicar la movilización de esta ayuda.
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