El informe del Departamento de Comercio publicado el viernes mostró que los precios al consumidor se mantuvieron estables de abril a mayo, la lectura más moderada en más de cuatro años. En comparación con el año anterior, los precios aumentaron un 2,6% el mes pasado, ligeramente menos que en abril.
Excluyendo la volatilidad de los precios de los alimentos y la energía, la llamada inflación subyacente fue del 0,1% de abril a mayo, el aumento más pequeño desde la primavera de 2020, cuando estalló la pandemia y paralizó la economía. Y en comparación con el año anterior, los precios subyacentes aumentaron un 2,6% en mayo, el menor aumento en más de tres años.
De hecho, los precios de los bienes físicos cayeron un 0,4% de abril a mayo. Por ejemplo, los precios de la gasolina cayeron un 3,4%, los precios de los muebles cayeron un 1% y los precios de bienes y vehículos recreativos cayeron un 1,6%. Por el contrario, los precios de los servicios, que incluyen artículos como comidas en restaurantes y billetes de avión, subieron un 0,2%.
Las últimas cifras probablemente serán bienvenidas por los responsables de las políticas de la Fed, quienes han dicho que necesitan asegurarse de que la inflación se esté desacelerando de manera sostenible hacia su objetivo del 2% antes de comenzar a recortar las tasas de interés.
Los recortes de tasas de la Reserva Federal, que según la mayoría de los economistas podrían comenzar en septiembre, conducirían en última instancia a tasas de endeudamiento más bajas para consumidores y empresas.
“Si la tendencia que hemos visto este mes continúa de manera constante durante otros dos meses, la Reserva Federal podría finalmente tener la confianza para recortar las tasas en septiembre”, escribió Olu Sonola, jefe de investigación económica estadounidense de Fitch Ratings, en una nota de investigación.
La Reserva Federal elevó su tasa de referencia 11 veces en 2022 y 2023 en un esfuerzo por frenar la peor racha de inflación en cuatro décadas. La inflación se ha desacelerado significativamente desde su pico de 2022. Aún así, los precios promedio se mantienen muy por encima de los niveles previos a la pandemia, una fuente de frustración para muchos estadounidenses y una amenaza para la reelección del presidente Joe Biden.
VER TAMBIÉN | Primer debate Trump-Biden: ¿quién ganó?
El juego político
Durante el debate presidencial del jueves por la noche, Donald Trump atacó el historial de Biden en materia de inflación. El presunto candidato republicano afirmó que Biden heredó una baja inflación cuando asumió el cargo en enero de 2021, pero que los precios “se dispararon bajo su supervisión”.
Si la inflación era realmente extremadamente baja al comienzo de la presidencia de Biden, fue en gran medida porque el país aún se estaba recuperando de la brutal recesión vinculada a la pandemia de COVID-19, que aplanó la economía. Una vez que la economía empezó a recuperarse con una velocidad inesperada, provocando una grave escasez de bienes y mano de obra, la inflación se disparó.
Los datos de precios del viernes se sumaron a las señales de que las presiones inflacionarias continúan aliviandose, aunque más lentamente que el año pasado.
La Reserva Federal tiende a favorecer el indicador de inflación publicado por el gobierno el viernes –el Índice de Precios de Gastos de Consumo Personal (PCE)– sobre el más conocido Índice de Precios al Consumidor. El índice PCE intenta dar cuenta de los cambios en la forma en que la gente compra cuando la inflación se acelera. Esto puede tener en cuenta, por ejemplo, cuándo los consumidores están cambiando de marcas nacionales caras a marcas comerciales más baratas.
Al igual que el índice PCE, el último índice de precios al consumo mostró que la inflación se desaceleró en mayo por segundo mes consecutivo. Esto ha reforzado las esperanzas de que la aceleración de precios que se produjo a principios de este año haya terminado.
La dinámica de la economía parecía perder fuelle
Se esperaba ampliamente que los costos de endeudamiento mucho más altos que siguieron a los aumentos de tasas de la Reserva Federal, que elevaron su tasa de referencia a un máximo de 23 años, llevaran al país a la recesión. En cambio, la economía siguió creciendo y los empleadores continuaron contratando.
Sin embargo, últimamente el impulso de la economía parece estar perdiendo fuerza, y las altas tasas de interés parecen debilitar la capacidad de algunos consumidores de seguir gastando libremente. El jueves, el gobierno anunció que la economía creció a una tasa anual del 1,4% de enero a marzo, el crecimiento trimestral más lento desde 2022. El gasto de los consumidores, el principal motor de la economía, aumentó a una modesta tasa anual del 1,5%.
El informe del viernes también mostró que el gasto de los consumidores y los ingresos se recuperaron en mayo, una señal alentadora para la economía. Ajustado a la inflación, el gasto del consumidor -el principal motor de la economía estadounidense- aumentó un 0,3% el mes pasado después de caer un 0,1% en abril.
Los ingresos después de impuestos, también ajustados a la inflación, aumentaron un 0,5%. Esta es la mayor ganancia desde septiembre de 2020.
