Al final del Ángelus, el Papa reiteró su llamamiento al fin de la guerra en Ucrania, invitando a la comunidad internacional a trabajar para poner fin a este conflicto que dura ya casi tres años. Esta guerra, como todas las demás, es “una ofensa a Dios y a la humanidad”.
Françoise Niamien – Ciudad del Vaticano
«Un horror, una derrota, una ofensa a Dios y a la humanidad», estas son las palabras utilizadas por el Papa Francisco para describir las guerras que desgarran a la familia humana. La que está en marcha desde hace casi tres años en Ucrania ha provocado “una terrible sucesión de muertes, heridos, violencia, destrucción». “Los niños, las mujeres, los ancianos, los débiles son las primeras víctimas” deploró una vez más Francisco el domingo 1 de diciembre, después del rezo del Ángelus, en la plaza Saint-Pierre.
Al menos cuatro personas murieron y 21 resultaron heridas el sábado (30 de noviembre) en un ataque con misiles ruso cerca de Dnipro, en el centro-este de Ucrania, dijeron las autoridades.
Preocupación y dolor
El Soberano Pontífice expresó su preocupación y su dolor ante este conflicto que continúa “a la sangrienta y atormentada Ucrania». «El invierno está sobre nosotros y corre el riesgo de empeorar las condiciones de vida de millones de personas desplazadas. Estos meses serán muy difíciles para ellos. La combinación de guerra y frío es trágica» volvió a lamentarse el Papa, mientras el país se prepara para afrontar su tercer invierno bajo los bombardeos.
Por el diálogo y la reconciliación
Ante tal situación, Francisco reiteró su llamado a “a toda la comunidad y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, para que hagan todo lo posible para detener esta guerra y hacer prevalecer el diálogo, la fraternidad y la reconciliación.». «Es necesario un compromiso renovado a todos los niveles» insistió.
«Y mientras nos preparamos para la Navidad, cuando esperamos el nacimiento del Rey de la Paz, demos a estas personas una esperanza concreta. La búsqueda de la paz no es responsabilidad de unos pocos, sino de todos. Si prevalecen la habituación y la indiferencia ante los horrores de la guerra, toda la familia humana resulta derrotada.» advirtió.
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