En Suiza, las ambiciones climáticas se topan con una realidad compleja. Mientras el país aspira a neutralidad de carbono para 2050un cambio en el comportamiento de los propietarios pone en peligro esta trayectoria. Tras la adopción masiva de las bombas de calor, un porcentaje cada vez mayor de hogares vuelve a optar por calentadores de gasoil y gas.
En efecto, entre 2023 y 2024las instalaciones de bombas de calor cayeron un tercio, mientras que las de calderas de gas y gasóleo aumentaron un 12 %. Esta reversión, causada por el aumento de los precios de la electricidad y la caída de los costos de los hidrocarburos, está desacelerando la transición energética y plantea importantes desafíos ecológicos. Además, más de El 50% de los edificios en Suiza todavía se calientan con combustibles fósiles. Las nuevas instalaciones de calderas corren el riesgo de mantener este status quo durante varias décadas, lo que dificulta el logro de los objetivos establecidos por el Acuerdo de París.
El crecimiento se ve obstaculizado por los costes de la electricidad
EL bombas de calorque había experimentado un crecimiento meteórico, vio colapsar su popularidad. En 2024, las instalaciones cayeron un tercio respecto al año anterior. Esta disminución puede explicarse por una combinación de factores económicos, a saber electricidad que cuesta más y Los precios del petróleo y el gas han caído.haciendo más atractivas las calderas fósiles.
Según Philippe Ranc, del Grupo Profesional Suizo de Bombas de Calor, esta situación tiene un impacto directo en el empleo en el sector que está experimentando despidos en fabricantes y proveedores. Esta inversión de tendencia comenzó a finales de 2023, cuando disminuyeron los temores vinculados a la crisis energética.
Una amenaza para los objetivos climáticos suizos
La desaceleración de la transición energética no se limita a las cifras de ventas. Las opciones de calefacción de los propietarios de viviendas tienen un impacto directo en las emisiones de CO2, y los edificios representan casi una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero del país. Si estas nuevas calderas todavía funcionan en 2040 o 2050lograr la neutralidad de carbono se convertirá en un desafío formidable.
Marc Müller, ingeniero energético, alerta del insuficiente ritmo de renovación, afirmando que al 1 % de edificios renovados al año, Suiza está lejos de ser la 3 a 4% necesario para cumplir los objetivos climáticos de París. En 2024, esta dinámica es aún más preocupante, con un notable retorno a las soluciones fósiles.
Soluciones cantonales desiguales para acelerar la transición
Para invertir esta tendencia, Suiza apuesta por incentivos financieros y regulaciones locales. La Confederación planea invertir dos mil millones de francos en diez años para soportar aislamientos y bombas de calor. En algunos cantones, como en Ginebra, las restricciones a la calefacción fósil son estrictas. Por el contrario, Valais todavía permite su instalación, aunque las condiciones de aislamiento entrarán en vigor a partir de 2025. A pesar de estas medidas, más del 50% de los hogares suizos permanecer calentado con petróleo o gas. La transición energética, aunque en marcha, avanza a un ritmo insuficiente para garantizar una rápida reducción de las emisiones de CO2.