Alrededor de una cuarta parte del territorio ucraniano se enfrenta a estos artefactos tortuosos y devastadores que representan las minas: es fácil colocarlas, pero retirarlas es un trabajo largo y costoso: “Tenemos miedo, sobre todo por los niños”, testifican los habitantes.
Timosha tiene 9 años y juega afuera, vestido con un chaleco antibalas y uniforme militar, regalo de su padre que está al frente. La abuela mira a los niños. A su alrededor sólo hay campos minados, marcados por pequeñas calaveras rojas, banderas u otras marcas improvisadas. “Aquí hay minas por todas partes, tememos especialmente por los niños: basta un paso en falso para encontrarse en un campo minado”.
Ésta es la realidad cotidiana en la que vive aproximadamente una cuarta parte de Ucrania. Hoy Ucrania se ha convertido en el campo minado más grande del mundo. Las minas se encuentran principalmente en las regiones orientales, que fueron ocupadas durante la invasión rusa de 2022. Al menos diez regiones se consideran contaminadas. Las personas que han regresado a vivir en sus hogares se enfrentan a esta segunda guerra invisible.
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Hasta ahora, se ha informado de más de 1.000 víctimas civiles de minas terrestres en Ucrania, entre ellas 124 niños. Las minas antitanque se esconden en el suelo mediante máquinas parecidas a tractores. Las minas antipersonal, como las minas mariposa, que pesan 75 gramos, pueden ocultarse con la mano o dispersarse utilizando sistemas de misiles como Grad y Hurricane. Estos sistemas pueden crear un campo minado completo en segundos. De una sola descarga, 50 cohetes pueden dispersar una lluvia de miles de minas en un radio de 14 kilómetros.
Casi 140.000 kilómetros cuadrados de Ucrania, una superficie tres veces y media mayor que la de Suiza, están infestadas de estas trampas que hacen que cada paso sea potencialmente mortal. Las minas son principalmente colocadas por Rusia, pero Kyiv también las utiliza.
Minas antipersonal entregadas a Ucrania
Las minas antipersonal están prohibidas por un tratado internacional firmado por más de 160 países. Estados Unidos y Rusia no se encuentran entre ellos.
Human Rights Watch también ha registrado casos de uso de minas terrestres por parte de Ucrania, país signatario del tratado. Pero la decisión tomada el 20 de noviembre por Estados Unidos de autorizar, después de los misiles de largo alcance, el suministro de minas antipersonal a Ucrania cambió la situación. Kyiv se verá autorizada a utilizar armas que se había comprometido a prohibir.
Ninguna convención prohíbe las minas antitanque, que contienen 7 kilogramos de explosivos. Ambos ejércitos hacen un uso intensivo de él. Después de colocarlas, los soldados elaboran mapas para evitar hacer estallar sus propias minas. Todos estos dispositivos dejan un legado mortal para los civiles.
Suiza participa en el desminado humanitario
Si bien la minería sólo lleva unos minutos, la remoción de minas es un trabajo largo y costoso. Especialmente en la inmensidad del terreno ucraniano. Suiza ha destinado 100 millones de francos a la remoción de minas con fines humanitarios. Entre las organizaciones no gubernamentales financiadas se encuentra la Fundación Suiza para la Acción contra las Minas (FSD), con sede en Ginebra y activa en todo el mundo desde hace unos 25 años. Ucrania es actualmente su proyecto más importante. Esta es la primera vez que se lleva a cabo desminado humanitario en un país sumido en una guerra a gran escala.
El FSD también utiliza una máquina diseñada por la empresa GCS de Schwyz, que aumenta la eficiencia de la remoción de minas y reduce el riesgo de accidentes para las personas. Una hora de trabajo equivale a cuatro días de trabajo para un equipo de remoción de minas. La máquina no garantiza el 100% de remoción de minas y el terreno también debe revisarse manualmente antes de que se considere completamente seguro.
El FSD ha formado a casi 200 desminadores entre civiles ucranianos. Entre ellos, Victoriya, de 21 años: “Tenía un amigo que fue encontrado hecho pedazos en un bosque. Desde entonces decidí contribuir a la remoción de minas”. El Banco Mundial calcula el coste de la remoción de minas en 34 mil millones de francos. Se espera que limpiar todo el país lleve décadas.
Anna Bernasconi y Emilio Romeo (RSI)