Un hombre de 35 años fue juzgado este jueves 28 de noviembre de 2024 ante el tribunal penal de Perpiñán por amenazas de muerte a través de Internet contra una antigua relación sentimental y posesión de drogas. Un caso que reveló al acusado otra realidad, igualmente aterradora, alimentada por el odio antisemita. Casi patológico.
La treintañera se presentó entre lágrimas y pidiendo disculpas este jueves al final de la jornada ante el tribunal penal de Perpiñán. Un hombre de perfil corriente que pronuncia discursos del orden de la ultraviolencia con la misma banalidad.
Adicta a las redes sociales, esta empleada del sector de la limpieza se solidarizó con el denunciante en un chat online. Una relación sentimental virtual (nadie sabe siquiera decir si se conocieron físicamente) que de pronto se transformó en insultos y amenazas de muerte a través de este mismo hilo de internet. Jonathan A. está en su mundo, o mejor dicho en otra realidad, recluido constantemente frente a su ordenador, fumando 20 porros al día y desahogando su descaro. “Voy a degollar a todas las perras blancas”, “Espero que tu abuela, la perra, se queme en Auschwitz”. “Te voy a hacer un Samuel Paty”… “Me enojé”, justifica al acusado. “Estas son palabras vacías y él se arrepiente de ellas”. apoya a su abogado Mmi Méline Massamba-Mamfouka.
“Las palabras matan, hay que recordar”
Pero los mensajes fueron tan feroces que a la joven, aterrorizada, le recetaron nada menos que 15 días de ITT. “Cada palabra que dijo fue como un puñetazo que recibió”. detalla el abogado de la parte civil Mmi Gérald Brivet-Galaup, que también deja estallar su ira. Porque el asunto esconde otro igualmente preocupante. Jonathan A., según el experto psiquiatra, no padece ninguna enfermedad mental pero “no puede controlar su impulsividad”. También ha sido condenado en varias ocasiones por actos de violencia. Entre sus antecedentes figura el incendio de un camión con prostitutas en su interior. Pero también tiene un canal de YouTube, al que siguen 500 suscriptores, donde hace comentarios antisemitas mientras habla en otros sitios.‘”eliminar la raza blanca” o preguntándose: “Casi podría matar a un judío”. Aquel cuyo padre judío murió cuando él era muy joven. Sin embargo, el acusado, que ya ha sido objeto de un llamado a la justicia por este tipo de declaraciones racistas, no parece ver nada chocante en ello. “Yo hago geopolítica“, afirma.
“En momentos en que se lleva a cabo el juicio por el asesinato de Samuel Paty (el profesor de historia y geografía decapitado por un terrorista checheno frente a su universidad), ¿cómo es posible que este hombre no sea procesado por apología del terrorismo?” denuncia METROmi Gérald Brivet-Galaup. “Hay que recordar que las palabras matan. Especialmente cuando se transmiten a través de Internet. Sus palabras pueden alentar a mentes débiles o violentas. Este tema también tiene una dimensión educativa esencial.”
La justicia finalmente decidió mantenerlo fuera del radar. Fue condenado a 10 meses de prisión pero también a dos años de libertad condicional durante los cuales deberá cumplir diversas obligaciones.
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