En abril de 2024, una misión de la NASA dedicada a estudiar el derretimiento del hielo hizo un sorprendente redescubrimiento en Groenlandia: Campamento del siglouna base militar estadounidense abandonada desde 1967. Situada a unos 150 kilómetros tierra adentro, esta base está enterrada bajo más de 30 metros de hielo. Construido durante la Guerra Fría por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, Camp Century no era sólo un laboratorio ártico como se anunció en su momento, sino el escenario de un proyecto secreto llamado “gusano de hielo”.
Este programa tenía como objetivo cavar una vasta red de túneles bajo el hielo para ocultar misiles nucleares capaces de alcanzar los principales objetivos soviéticos. Sin embargo, los movimientos impredecibles del hielo hicieron que el proyecto fuera técnicamente imposible. La base fue abandonada rápidamente, pero no sin dejar toneladas de materiales tóxicos enterrados en el hielo.
Una bomba medioambiental a punto de explotar
El redescubrimiento de Camp Century, aunque históricamente fascinante, hoy plantea principales riesgos ambientales. De hecho, los científicos estiman que casi 136 hectáreas de residuos tóxicos En el lugar se encuentran enterrados 53.000 litros de combustible diésel, fluidos radiactivos y residuos biológicos. Con el calentamiento global, el acelerado derretimiento del hielo podría revelar estos contaminantes antes de finales de siglo.
Según un estudio publicado por CIRES (Instituto Cooperativo de Investigación en Ciencias Ambientales), la transición de la nieve constante al deshielo neto podría comenzar tan pronto como 2090exponiendo así estas sustancias peligrosas al ecosistema. Una vez que comience este derretimiento, los impactos sobre el medio ambiente podrían ser irreversibles, contaminando el suelo y el agua circundantes, con graves consecuencias para la biodiversidad local y las poblaciones humanas.
Un legado de la Guerra Fría
Construido en 1959, Campamento del siglo encarna la audacia y el exceso de la estrategia militar estadounidense en el apogeo de la Guerra Fría. Oficialmente descrita como una plataforma de investigación científica en el Ártico, la base sirvió en realidad como banco de pruebas para una estrategia nuclear ambiciosa pero peligrosa. El Proyecto Iceworm planeaba excavar 3.000 kilómetros de túneles refugiarse hasta 2.000 puntos de lanzamiento de misiles nucleares, apuntando al 80% del territorio soviético y sus aliados.
Este proyecto, realizado en secreto, ni siquiera había sido comunicado a Dinamarca, soberana de Groenlandia. Sólo en 1997, tras la desclasificación de los archivos estadounidenses, se reveló la existencia de este programa, lo que provocó tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Dinamarca.
Una lección para el presente
Más allá de su interés histórico, Camp Century ilustra las consecuencias imprevistas de decisiones militares tomadas sin considerar sus impactos a largo plazo. Aunque esta base ha contribuido a avances científicos, como la recogida de núcleos de hielo que revelan la historia climática de la Tierra, también simboliza los excesos de una época marcada por la carrera armamentista.
Ante el espectro del inminente derretimiento del hielo, la pregunta sigue abierta: ¿Quién se hará cargo de la gestión de estos residuos enterrados? El redescubrimiento de Camp Century nos recuerda que los errores del pasado nunca desaparecen, simplemente esperan a ser exhumados.
https://earthobservatory.nasa.gov/images/153616/new-view-of-the-city-under-the-ice