Turquía está en conversaciones con Estados Unidos para obtener una exención de las sanciones impuestas a Gazprombank, el principal prestamista de Rusia, para garantizar sus pagos por las importaciones de gas natural. Estas negociaciones se producen después de que Washington ampliara sus sanciones a 118 entidades e individuos vinculados al sector financiero ruso, como parte de medidas destinadas a debilitar las capacidades económicas y militares de Rusia en el conflicto ucraniano.
El ministro turco de Energía, Alparslan Bayraktar, advirtió el lunes que la ausencia de tal exención podría dañar gravemente la seguridad energética de su país. “Si no obtenemos esta exención, será imposible liquidar nuestros pagos a Rusia, lo que podría tener graves consecuencias”, dijo a los periodistas antes de una reunión de gabinete en Ankara.
Gazprombank es un actor central en el comercio de energía entre Turquía y Rusia, particularmente para los pagos de gas natural. Dado que Rusia cubre alrededor del 42% de sus necesidades de gas, Turquía depende en gran medida de esta asociación para satisfacer sus necesidades energéticas. Esta dependencia pone de relieve los desafíos diplomáticos de Ankara mientras navega por sus relaciones con Occidente y Moscú.
Un precedente con sanciones contra Irán
El ministro Bayraktar recordó que existen precedentes en materia de exenciones concedidas por Estados Unidos, en particular para las transacciones con Irán, a pesar de las sanciones contra el régimen de Teherán. Sin embargo, subrayó la complejidad de los procedimientos necesarios para obtener dicha exención. “Levantar estas sanciones requiere tiempo y numerosas negociaciones”, afirmó.
Esta solicitud de exención se produce cuando la administración del presidente Joe Biden se acerca al final de su mandato, previsto para enero de 2025. Bayraktar también cuestionó el momento de las sanciones, que, según dijo, corren el riesgo de complicar aún más las relaciones entre Washington y Ankara en un contexto ya de por sí tenso.
Un delicado equilibrio en el conflicto ucraniano
Desde el inicio de la guerra en Ucrania en febrero de 2022, Turquía ha intentado mantener una posición neutral desempeñando al mismo tiempo un papel mediador. Aunque Ankara ha suministrado a Ucrania drones militares utilizados en el conflicto, se ha resistido a los llamamientos occidentales para imponer sanciones contra Rusia. Esta posición le permitió preservar sus vínculos estratégicos con Moscú, particularmente en el sector energético.
Este doble juego diplomático permitió a Turquía mantener su papel de intermediario en las negociaciones de paz, manteniendo al mismo tiempo el suministro energético del país. Sin embargo, la reciente ola de sanciones estadounidenses contra Gazprombank podría obligar a Ankara a revisar su estrategia.
Un proyecto de hub gasista en marcha
Como parte de su estrategia energética, Turquía aspira a convertirse en un centro regional de comercio de gas. Con este fin, se están manteniendo conversaciones con Rusia para establecer un centro en Estambul, la ciudad más grande del país. El ministro Bayraktar confirmó el envío de un memorando de entendimiento a Gazprom destinado a reforzar esta colaboración. Sin embargo, a pesar de estas ambiciones, la actual dependencia de Turquía del gas ruso sigue siendo un obstáculo importante para lograr estos objetivos.
