Sin embargo, aún no está claro el impacto exacto para Fluxys, operador de la terminal de Zeebrugge. No se pudo contactar a la compañía para hacer comentarios el lunes.
Durante los últimos seis meses, más de la mitad (53%) del GNL que llegó a Zeebrugge en buques metaneros provino de Rusia, un importante productor de gas natural licuado a nivel mundial. A menudo, este GNL llega a Bélgica a bordo de buques metaneros rompehielos. En Zeebrugge, el GNL puede transferirse a otros buques (transbordo), almacenarse temporalmente para su posterior recarga, cargarse en camiones o incluso regasificarse para ser inyectado en la red de transporte. Una parte importante del GNL ruso (36%) que llega allí sale inmediatamente, por barco o camión, hacia otros destinos.
Sanciones contra Rusia: la Unión Europea ataca el gas licuado ruso, pero no demasiado
Fluxys está vinculada a estos servicios por un contrato a largo plazo con la empresa rusa Yamal, firmado en 2015. Estos contratos a largo plazo no pueden rescindirse simplemente, como se ha señalado varias veces en los últimos meses. En mayo, la ministra de Energía, Tinne Van der Straeten, sostuvo que Zeebrugge debía dejar de ser un centro para el GNL ruso. “Si se invoca fuerza mayor para rescindir el contrato, los espacios de suministro de Zeebrugge podrían quedar libres para importar GNL de Estados Unidos”, indicó el ambientalista. Precisó que el gobierno de Alexander De Croo acordó avanzar en esta dirección, aumentando al mismo tiempo la ayuda humanitaria y el envío de F-16 a Ucrania. “De lo contrario, la ayuda no sirve de nada”.
Las sanciones adoptadas el lunes 27, relativas al GNL ruso, entrarán en vigor tras un período de transición de 9 meses. Prevén la prohibición del transbordo y recarga de GNL ruso en puertos europeos, si el gas está destinado a un mercado de terceros.
