Colapso de las ventas de coches eléctricos en Europa

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Las ventas de coches eléctricos siguen cayendo en Europa. En mayo se registró una importante caída del 12% en la Unión Europea, con sólo 114.308 nuevas matriculaciones, según las últimas estadísticas de la Asociación Europea de Fabricantes (ACEA). Esta tendencia a la baja es particularmente marcada en países como Suecia (-35%), Alemania (-30%) e Italia (-18%). En cambio, Las ventas de coches híbridos aumentaron un 16%. durante el mismo período.

Los coches eléctricos siguen siendo demasiado caros

Durante los primeros cinco meses del año, Los coches eléctricos representan el 13,5% de las ventas en Europa, incluidos el Reino Unido y Noruega, frente al 13,7% del año anterior. El fin de las subvenciones en Alemania a finales de 2023 afectó especialmente a las ventas, con una caída notable en mayo. Incluso Noruega, a menudo citada como modelo de electrificación, vio caer sus ventas un 27%.

Francia, sin embargo, es una excepción gracias a la generosa ayuda gubernamental. Las ventas aumentaron un 5,4% en mayoapoyado por subvenciones de hasta 7.000 euros por vehículo cero emisiones, en función de los ingresos.

El elevado coste de los coches eléctricos sigue siendo un obstáculo importante para su adopción. Un Peugeot 208 eléctrico cuesta alrededor de 33.000 euros, frente a los 18.770 euros de su versión gasolina. Esta diferencia de precios hace que las ventas de coches eléctricos dependan mucho de las ayudas públicas. En Francia, estas subvenciones han permitido mantener un cierto dinamismo en el mercado, pero su sostenibilidad es incierta.

Los desafíos de la adopción masiva

Europa presenta marcadas disparidades en términos de electrificación. Noruega, líder en este campo, tiene una tasa de electrificación del 90%, mientras que países como España (4,4%), Italia (3,2%) y República Checa (0,2%) se quedan muy por detrás. Esta situación plantea interrogantes sobre la naturaleza de este estancamiento: ¿es estructural o cíclico? La electrificación sigue siendo inevitable, a pesar del mayor coste de los coches eléctricos, compensado por menores costes de uso.

La decisión de Bruselas deprohibir la venta de coches nuevos no eléctricos para 2035 presiona a los fabricantes. Citroën, por ejemplo, deberá vender el 25% de sus vehículos en versión eléctrica a partir de 2025 para evitar fuertes multas relacionadas con las emisiones de CO2. A pesar de ello, los automovilistas europeos parecen reacios. Los fabricantes admiten que el mercado eléctrico va por detrás de las previsiones.

La llegada de modelos más asequibles, como el Citroën ë-C3 o el futuro Renault R5, podría cambiar la situación. Sin embargo, estos vehículos, aunque menos costosos, siguen siendo más caro que sus equivalentes térmicos y ofrecen un rendimiento inferior, especialmente en términos de autonomía, un criterio crucial para los consumidores. Un estudio de McKinsey también revela que el 30% de los propietarios de coches eléctricos planea volver a los vehículos térmicos, principalmente por problemas de carga.

Las dificultades del mercado eléctrico también se reflejan en las decisiones estratégicas de las empresas. Renault tuvo que posponer la salida a bolsa de su filial Ampere por falta de interés suficiente por parte de los inversores. Asimismo, el fabricante de baterías ACC, apoyado por Stellantis y Total Energies, anunció una pausa en la construcción de gigafábricas en Alemania e Italia debido a las incertidumbres sobre la electricidad.

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