El gobierno de Netanyahu sanciona financieramente a Haaretz, crítico de sus políticas

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El gobierno israelí aprobó recientemente una medida propuesta por el Ministro de Comunicaciones destinada a cortar todos los vínculos financieros entre el Estado y el diario. Haaretzconocido por sus críticas a las políticas del primer ministro Benjamín Netanyahu. Según Noa Landau, vicepresidenta del periódico, la decisión pondrá fin a toda la publicidad estatal, a las suscripciones financiadas con fondos públicos, así como a todas las demás relaciones institucionales.

Esta sanción se produce en un contexto de crecientes tensiones entre el gobierno y los medios críticos. El ministro Shlomo Karhi, iniciador de esta propuesta, acusó Haaretz difundir “propaganda falsa y derrotista” perjudicial para los intereses nacionales. La decisión marca un paso importante en la tensa relación entre Netanyahu y los medios israelíes.

¿Un ataque a la libertad de prensa?

Los defensores de los derechos humanos y las organizaciones de periodistas rápidamente denunciaron la medida, calificándola de un grave ataque a la libertad de prensa. Haaretz, fundada en 1918 y reconocida por su periodismo de investigación, representa una importante voz crítica en el panorama mediático israelí, con una línea editorial anclada en el centro izquierda. Para ellos, este gesto constituye un intento evidente de silenciar a una oposición mediática considerada demasiado influyente.

Los analistas dicen que la medida podría tener un efecto paralizador en otros medios de comunicación en Israel, y algunos temen una escalada de la presión gubernamental sobre los medios independientes. Sin embargo, el Ministro Karhi defendió la legitimidad de esta sanción, afirmando que era una respuesta proporcionada a lo que considera una campaña de desinformación orquestada por el periódico.

Acusaciones de “régimen de apartheid”

El origen inmediato de esta decisión parece estar vinculado a las controvertidas declaraciones de Amos Schocken, editor del periódico, quien calificó al régimen israelí en Cisjordania y Gaza de “régimen cruel de apartheid”. Estos comentarios provocaron una fuerte indignación dentro del gobierno, que los vio como un ataque a la imagen del Estado de Israel en la escena internacional.

Estas tensiones reflejan un clima político en el que las críticas internas al gobierno se consideran cada vez más amenazas a la seguridad nacional. Algunos observadores creen que este clima, junto con una mayor polarización, podría socavar los cimientos democráticos del país.

Una comunidad internacional preocupada

A nivel internacional, esta decisión fue ampliamente condenada por organizaciones de derechos humanos y asociaciones de prensa. Reporteros sin Fronteras expresó especialmente su preocupación por el impacto de esta medida en el pluralismo de los medios de comunicación en Israel. Según ellos, la autonomía editorial de los medios críticos es esencial para preservar un debate democrático saludable.

Algunos diplomáticos europeos también han expresado preocupación por lo que perciben como una deriva autoritaria del gobierno israelí. La UE, tradicionalmente preocupada por cuestiones de derechos humanos y libertad de prensa, pronto podría incluir esta cuestión en sus conversaciones bilaterales con Israel.

Consecuencias para Haaretz

Para Haaretz, las repercusiones financieras de esta decisión probablemente serán importantes, aunque el periódico tiene lectores leales y un modelo de negocio diversificado. Según fuentes internas, el equipo editorial sigue decidido a continuar su trabajo crítico e investigativo, a pesar de la presión del gobierno.

En Israel, este asunto desató un animado debate sobre los límites de la intervención estatal en los asuntos de los medios de comunicación. Algunos sostienen que el gobierno tiene derecho a elegir a sus socios comerciales, mientras que otros denuncian un peligroso precedente para la libertad de expresión.

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