El holandés Mark Rutte, que asumirá el mando de la OTAN tras la retirada de su rival, el presidente rumano Klaus Iohannis, se enfrentará a numerosos desafíos, desde la guerra rusa contra Ucrania hasta Donald Trump pasando por China. Aquí está el top cinco:
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Donald Trump, ¿el regreso?
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La perspectiva del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha rondado los pasillos de la OTAN durante meses. Sus atronadoras declaraciones contra los países europeos de la Alianza, culpables a sus ojos de no financiar suficientemente su defensa, todavía son recordados por todos.
Veterano de la política europea, Mark Rutte conoce bien a Donald Trump. Consiguió hacerse escuchar y respetar por el multimillonario estadounidense al estar de acuerdo con él sobre la falta de compromiso de los europeos con su propia defensa.
“Tenía toda la razón” al denunciar esta brecha en el gasto militar entre las dos orillas del Atlántico, declaró el pasado enero. Sin embargo, ¿podrá canalizar al impredecible ex presidente estadounidense si regresara a la Casa Blanca después de las elecciones de noviembre? Muestra voluntad de afrontarlo tomándolo en serio.
“Deberíamos dejar de quejarnos y quejarnos de Trump”, dijo en febrero en la Conferencia de Seguridad de Múnich, pidiendo también que se tuvieran en cuenta sus exigencias.
Apoyar a Ucrania a toda costa
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El posible regreso de Trump al poder en Washington también hace que el apoyo estadounidense a Ucrania sea más incierto.
La OTAN quiere remediar esto colocando su apoyo militar en Kiev, al abrigo de todos los riesgos políticos. Su actual líder, Jens Stoltenberg, quiere adoptar, en la cumbre de Washington de julio, un compromiso formal de los aliados para apoyar a Ucrania con al menos 40.000 millones de euros al año, durante el tiempo que sea necesario.
En el mismo espíritu, la coordinación de esta ayuda militar occidental, hasta ahora llevada a cabo por los Estados Unidos, ahora será llevada a cabo por la OTAN.
Se trata de implementar un sistema “a prueba de Trump”, dijo un diplomático de la OTAN.
Pero el apoyo de los 32 países de la OTAN, menos Hungría, a este compromiso financiero durante varios años está todavía lejos de conseguirse. Italia, por ejemplo, ya ha advertido que esto está fuera de discusión.
Budapest ha obtenido la exención de cualquier apoyo militar a Ucrania, una promesa que Rutte se compromete a respetar, según el primer ministro húngaro, Viktor Orban.
¿Luchar contra Rusia?
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La misión de la OTAN es prepararse para todas las eventualidades, empezando por la guerra con Rusia. La invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 aceleró estos preparativos.
La Alianza adoptó así en su cumbre de Vilna de 2023 planes de defensa, que hasta la fecha sólo se han aplicado parcialmente. La OTAN debe desarrollar absolutamente su producción de sistemas de defensa antiaérea, misiles y proyectiles de artillería, subrayan los diplomáticos en Bruselas. Corresponderá al futuro Secretario General garantizar que la Alianza esté en buenas condiciones para la batalla.
El dinero, el nervio de la guerra
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Prepararse para la guerra requiere mucha inversión y los países de la OTAN se comprometieron hace diez años, después de la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea, a dedicar al menos el 2% de su producto interno bruto (PIB) al gasto militar. Son 23 de 32 los que han mantenido este compromiso, según las últimas cifras reveladas esta semana en Washington por Stoltenberg.
Los Países Bajos de Mark Rutte sólo lograron esto este año, y dependerá del nuevo secretario general garantizar, como mínimo, que el esfuerzo se mantenga en un momento en que algunos, como los países bálticos o Polonia, exigen más.
La amenaza china
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La OTAN está geográficamente limitada al área euroatlántica. Pero Estados Unidos ha pedido repetidamente a la Alianza Atlántica que responda al ascenso de China.
El apoyo de Beijing a Rusia ha reforzado aún más estos temores y, según los expertos, la Alianza se centrará más en Asia en el futuro. Será esencial que “demuestre su contribución en competencia con China”, comprometiéndose más, por ejemplo, en la cibernética, el espacio y la tecnología, afirmó hace unas semanas su ex vicesecretaria general Camille Grand.
