“Entre 700 y 800”. Esa es la cantidad de recetas que Anna-Lena Krug y su equipo de científicos alimentarios alemanes probaron antes de llegar a un producto que se veía, se sentía y sabía a chocolate, pero no lo era. Esta alternativa, que sustituye la semilla de cacao por avena y semillas de girasol, se llama ChoViva. La startup estadounidense Planet A Foods está en el origen.
“El objetivo de ChoViva no es reemplazar completamente el chocolate”, dijo a NPR Max Marquart, director comercial de la empresa que cofundó con su hermana Sara. Planet A Foods se centra menos en el cuadrado de chocolate (más difícil de imitar) que en el chocolate como ingrediente de un producto. Max Marquart cita, por ejemplo, las barras de chocolate, los helados y los cereales para el desayuno.
Los Marquart afirman poder producir ChoViva al mismo precio que el chocolate y con muchas menos emisiones de dióxido de carbono, ya que sus ingredientes no se transportan en buques portacontenedores desde algunos países lejanos. “Los granos de cacao generalmente sólo crecen en el llamado cinturón del cacao, en determinados países alrededor del ecuador”, señala Sara Marquart. Requieren un clima muy específico. La avena, por otro lado, crece casi en cualquier lugar donde no haga demasiado calor ni demasiado humedad.
Porque el chocolate está profundamente amenazado por el calentamiento global, más allá de contribuir a él. Más de la mitad de los granos de cacao proceden de Costa de Marfil y Ghana. Estos dos países africanos situados justo encima del ecuador son los más afectados por los fenómenos meteorológicos extremos acentuados por la crisis climática. “Es un doble problema”, lamenta Sara Marquart. En primer lugar, los granos de cacao sólo crecen en una región limitada. Segundo, la planta es muy sensible al calentamiento global”.
Todo el sabor proviene de…
Lea más en Slate.fr
Canada
