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Taiwán “no cederá” a las presiones de China, afirmó el miércoles el presidente de la isla gobernada de forma autónoma, Lai Ching-te.
“La anexión de Taiwán es una política nacional de la República Popular China”, observó Lai durante una conferencia de prensa organizada al final de su primer mes en el cargo.
“Además de la fuerza militar, (el gobierno chino) está utilizando cada vez más métodos de coerción no tradicionales para intentar obligar a Taiwán a someterse. Pero Taiwán no cederá a la presión”, aseguró Lai.
“El pueblo de Taiwán defenderá firmemente la soberanía nacional y defenderá su forma de vida constitucional democrática y libre”, añadió.
China subrayó que las maniobras militares iniciadas pocos días después de la toma de posesión del presidente Lai el 20 de mayo constituían un “castigo” por su discurso de toma de posesión, que Beijing había descrito como “una admisión de la independencia de Taiwán”. En 48 horas, China había movilizado buques de guerra, aviones, soldados y lanzadores de misiles para rodear la isla.
Pekín pide una reunificación “pacífica” con este territorio democrático de 23 millones de habitantes, pero no descarta utilizar la fuerza para ponerlo bajo su control.
Tras estos ejercicios, Pekín prometió que la presión militar sobre la isla continuaría “mientras continúen las provocaciones vinculadas a la independencia de Taiwán”.
Separada de China por un estrecho canal, Taiwán tiene su propio gobierno, su propio ejército y su propia moneda.
Lai, considerado un “separatista peligroso” por China, dijo que no era necesario que Taiwán declarara oficialmente su independencia porque “ya era independiente”.
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