lo esencial
Hélène y Michel, una pareja auscitana enamorada desde hace varios años, se dijeron “sí” en un momento de intensa emoción, en el mismo local donde Michel está hospitalizado desde hace varios meses.
Cuando el amor y el coraje se unen, incluso las paredes de un hospital pueden convertirse en el escenario de un cuento de hadas. Esta es la gran historia del día. Tiene lugar en el centro hospitalario de Auch, donde Michel y Hélène, una pareja de auscitanos, se dijeron “sí” en la habitación donde Michel está hospitalizado desde hace varios meses.
Como toda historia de amor, comienza con un encuentro en 2006. “Éramos amigos, luego, en 2013, superamos el hito de la amistad”, dice Hélène. Los dos amantes llevan juntos más de once años y ya llevan seis viviendo bajo el mismo techo. “Durante los primeros cinco años nos conocimos mucho antes de que el señor se mudara a una casa en Auch”, especifica la novia.
Con el tiempo, su relación se profundiza y Hélène acaba reuniéndose con Michel en su casa de Auscita. Años de felicidad seguirán en esta nueva familia que se está formando. Pero, en 2024, la enfermedad perturba esta armonía. El diagnóstico se realiza a principios de año. En agosto, Michel fue hospitalizado. Ocupa una de las camas del centro de atención desde hace tres meses y recibe la visita de Hélène y sus familiares cada semana.
Cuando el amor vence la adversidad
La mención del matrimonio no es nueva en esta pareja auscitana. “Ya estábamos hablando de ello, pero siempre encontramos buenas excusas para rechazarlo”, dice Hélène. “Nos dijimos que teníamos que dejar de hacer tonterías”, añade Michel, que subraya la complicidad de la pareja. Y luego estuvo este momento el lunes pasado. Como en un cuento de hadas, con dos flores en la mano, fue a visitar a Michel. En un gesto valiente, se arrodilla para pedirle la mano. “Le pregunté: ‘¿Quieres casarte conmigo?’ y él dijo, llorando: ‘Sí'”.
De repente, las preocupaciones desaparecen, sustituidas por una ola de alegría y pura emoción que invade la habitación. La noticia, compartida por el personal de enfermería conmovido por esta historia de amor, crea un ambiente de alegría en todo el hospital. Y el anuncio del alegre acontecimiento evidentemente sorprendió a más de uno, especialmente a los hijos de la pareja. “No lo esperábamos en absoluto”, dice uno de los hijos de Michel.
“Inolvidable”
Al no poder viajar, Michel tuvo que renunciar a la idea de una ceremonia clásica, pero su amor encontró otro camino. A las cinco de la tarde de este viernes, en una habitación del hospital decorada por el personal de enfermería, intercambian sus consentimientos. “Es algo más que una boda tradicional: es inolvidable”, comenta Michel.
Y no se trata de hacer las cosas a medias. La ceremonia estuvo precedida por una EVG y una EVF (despedida de soltero y soltera), los invitados ataviados con sus mejores disfraces. La novia apareció con un vestido blanco y brillante y el novio hizo gala de una elegancia digna. Ante sus testigos, algunos de los cuales viajaron 10 horas, sus hijos, el teniente de alcalde Jean-Claude Pasqualini, y en privado, sellaron su unión con felicitaciones.
Este matrimonio único, celebrado en medio de la adversidad, resuena como un conmovedor recordatorio de la fuerza del amor, incluso en los momentos más difíciles.