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Sonia Rabaté, directora de una escuela de Rennes (Ille y Vilaine), padece desde hace varios años una forma rara de la enfermedad de Charcot. Desde hace dieciocho meses se beneficia de un tratamiento que no sólo ha detenido su degeneración muscular sino que también ha mejorado su estado. Excepto que la Alta Autoridad Sanitaria acaba de decidir denegar el reembolso. Para esta cincuentona, la decisión significa su sentencia de muerte a medio plazo.
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Abril de 2019 en Rennes (Ille-et-Vilaine). Sonia Rabaté, que hoy tiene 50 años, realiza su sesión deportiva semanal en el club Tour d’Auvergne. “De repente me di cuenta de que ya no podía estirar el cuerpo. » Un ejercicio de rutina para esta deportista. Decide hablar con su médico, quien la deriva a un neurólogo. “Me diagnosticaron polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica. » Una patología que causa debilidad muscular.
Los médicos recetaron inyecciones de inmunoglobulina para restaurar el tono muscular. “Pero el tratamiento no dio los resultados esperados. » La madre de tres hijos pasará entonces por un período de deambulación diagnóstica que finalizará tras una hospitalización de día en el hospital Pitié Salpêtrière…